Como “radicalismo puro” fue calificada la juramentación del nuevo Gabinete Ministerial del gobierno del presidente Nicolás Maduro del pasado miércoles. Once ministros fueron reemplazados y el gobernador de Aragua, Tarek El Aissami, fue designado como vicepresidente de la república, lo que según el analista político Carlos Raúl Hernández, “sería una forma de desmantelar la figura de Diosdado (Cabello) dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El comentario fue secundado por Alberto Gámez, presidente para Lara de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercios y Producción en Lara (Fedecámaras), quien señaló que con la nueva conformación del tren ejecutivo “sólo se hizo un enrosque” entre los mismos personajes que han conducido las riendas del país los últimos años y que son cercanos a Maduro.
“Ellos sólo quieren mantenerse en el país. No les importa el país”, comentó.
José Toro Hardy, economista con experiencia en cargos públicos, definió las designaciones como “el afianzamiento de la ala más radical del PSUV”. Sin embargo, destacó que quien ahora ocupa el cargo de ministro de economía y finanza, Ramón Lobo Moreno, y sustituye a Carlos Farías, “venía defendiendo la implementación de un tipo de cambio único”, cuya posición resta esperar a ver si se mantendrá.
Designaciones saltan a la vista
Hernández hizo énfasis en la designación de El Aissami como vicepresidente y no sólo señaló que podía interpretarse como un desmantelamiento de la figura de Diosdado Cabello, sino como una manera de mantener al también abogado y criminólogo en la escena política.
-La oposición perdió y el gobierno ganó al no celebrarse el referendo ni las elecciones a gobernador. Tarek El Aissami era un potencial perdedor… Esta victoria sirve de amortiguador a los conflictos internos del partido. A Toro Hardy también le llamó la atención la referida designación.
-Existía la teoría de que dentro del PSUV, pasado el 10 de enero, la prioridad sería mantenerse en el poder y para eso tendrían que hacer algunos sacrificios… Se decía que el sacrificio más fácil de aceptar sería el del propio presidente Maduro. Si ellos mismos le pedían la renuncian, quien quedaría encargado por el resto del periodo sería el vicepresidente y en este caso El Aissami, lo que sería una radicalización del PSUV, contrario a lo que el país necesita que es una pacificación de los ánimos.
También acotó la designación de Hugbel Roa como ministro de Educación Universitaria, ciencia y tecnología, en sustitución de Jorge Arreaza. “Fue él quien le lanzó el micrófono al diputado opositor Marco Bozo. No es imagen de lo que debería representar un ministro en esta área”.
Por su parte, Gámez acotó que los funcionarios designados en los cargos ministeriales son personas “formadas dentro del pensamiento socialista de Cuba y Rusia”, condición que “entorpece el desarrollo económico del país”, ya que dicha ideología no confía en el aporte de la empresa privada.
Subrayó que dentro del “enrosque” sólo aparecen par de rostros nuevos. “Del resto son gobernadores o diputados, cercanos al gobierno, porque necesita apoyo”.
Puntualizó designaciones como la de Aristóbulo Istúriz como vicepresidente de socialismo territorial y ministro para las comunas y movimientos sociales (sustituye a Erik Farías), quien aseguró fue colocado en dicho cargo para continuar el trabajo de ideologización de izquierda, como docente y conocedor de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
-Con Istúriz como vicepresidente no le vimos el queso a la tostada en la parte económica ni social… Quienes sí pudieron ver alguno fue el gobierno desde lo político.
Igualmente, recordó que Nelson Martínez, actual ministro de Energía y petróleo, en sustitución de Eulogio del Pino (ahora exclusivamente presidente de Petróleos de Venezuela – PDVSA), es responsable del embargo de Citgo.
Perfil económico del gabinete
Gámez destacó que Lobo Moreno, actual ministro de E conomía, sea economista egresado de la Universidad de Los Andes (ULA), cualidad que en reiteradas ocasiones solicitó el sector productivo de Venezuela se exigiese para cumplir este cargo.
-Se hizo. Nos guardamos las reservas del caso… Veremos cómo se toman las decisiones económicas de ahora en adelante. Esperamos que este ministro sí tenga libertades para trabajar, con base en lo que demanda el país y que no pase como a Miguel Pérez Abad, a quien lo limitaron cuando comenzó a aplicar las modificaciones necesarias.
Sobre la fusión de gabinetes del área económica en el Ministerio de Economía y Finanzas, calificó esta como una decisión positiva, ya que “más ministerios y vicepresidencias se prestan a chanchullos”. Recordó que en su inicio de gobierno, el fallecido presidente Hugo Chávez, también refirió que no se requerían de numerosos gabinetes para la conducción del país.
El llamado y soluciones
El llamado de Gámez, como representante del sector empresarial es a sentarse en una misma mesa. “Debemos debatir con el alto gobierno sobre la situación económica que conduce el país hacia el caos…. Vamos a poner las cartas sobre la mesa y definir cómo avanzar. No importa si llaman a Fedecámaras o a Consecomercio, Conindustria, Fedenaga y Fedeagro, pero que nos llamen”.
Por su parte, el analista económico señaló que los representantes de los ministerios de las áreas económicas deben principalmente “devolver la confianza en el sistema económico”. De lo contrario no habrá inversión ni producción, lo que generará más escasez.
-También tienen que enfrentar decididamente la inflación… Lo pueden hacer devolviéndole la autonomía al Banco Central de Venezuela, para impedir que siga emitiendo dinero sin respaldo para financiar el déficit fiscal y de la caja de PDVSA.
Expresó que el monto de financiamiento de la estatal es equivalente a 31 veces el total de las reservas internacionales de Venezuela, es decir, cerca de Bs. 3.6 billones. Dicho dinero se incorpora a la masa monetaria y genera más inflación.
Puntualizó que se debe aplicar un tipo de cambio único, ya que el diferencial no es eficiente y genera corrupción. Asimismo, se debe eliminar el control de precios, principal causante de la escasez.
A juicio del analista político, lo único que podría permitir recuperar la economía del país, sería la “voluntad del gobierno de reformar y ajustar sus políticas, independientemente de los organismos que convoque”.
Para ello debe conformarse un equipo de especialistas de primera calidad, de lo contrario, todo será más de lo mismo.