Nueve personas murieron al estallar un vehículo cargado con explosivos en un pueblo costero de Siria en manos del gobierno, el primer incidente de ese tipo desde que entró en vigor una nueva tregua la semana pasada.
El suceso ocurrió en el poblado de Jableh en la provincia de Latakia, un baluarte de las fuerzas oficialistas. El área es baluarte de la secta alauí, parte de la etnia chií a la que pertenece la familia del presidente Bashar Asad.
Imágenes del lugar muestran carros y tiendas dañadas.
Jableh ha sido blanco de ataques en el pasado. En mayo, ocurrieron estallidos primero en una atestada estación de autobuses y luego frente al hospital a donde los heridos fueron llevados. Unas 120 personas murieron en ese arranque de violencia, del que se hizo responsable el grupo que se hace llamar Estado Islámico.