Los restos humanos encontrados, este lunes, a un lado de la quebrada que pasa por el sector Agua Viva del caserío Villa Rosa, al suroeste de Barquisimeto, correspondían a un hombre de unos 25 a 30 años de edad que fue asesinado con un arma de fuego, determinó el primer examen forense completado, ayer, en la morguecita del Cementerio Nuevo.
La evaluación arrojó que tenía una fractura de cráneo por el impacto de un proyectil. Pese a que en el suelo cerca de donde estaba en cadáver había desperdigadas por lo menos ocho conchas, los forenses no pudieron hallar otras lesiones porque los animales habían devorado el torso, los brazos, los pies y parte de la cabeza.
Las pruebas antropológicas a cumplirse en Caracas permitirán conocer la identidad del fenecido, pues en los bolsillos del pantalón, la única prenda de vestir que llevaba, no había ningún documento de identificación.
Con relación a otro caso de personas muertas y sin identidad, se confirmó que el cuerpo llevado indocumentado a la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp), el 02 de enero, correspondía a Yosmer Arriechi. Este hombre fue encontrado sin signos vitales en el sector San Jacinto, detrás de la panadería Pan de Azúcar.
Sin dolientes
Durante las dos últimas semanas de diciembre, se apuntaron en la lista de ingresos de la sala patológica del Hcuamp los datos de cuatro personas fallecidas por causas naturales en el Hospital Psiquiátrico El Pampero. Hasta ayer, ninguno de los cuerpos había sido reclamado por los parientes.
Específicamente, son tres hombres y una mujer los expacientes de El Pampero que aún esperan por tener una cristiana sepultura. Además de ellos, otro individuo muerto sin síntomas de violencia tampoco ha sido retirado por los familiares.
Conservar estos cinco cadáveres implica dejar sin espacio la morgue, pues de las tres cavas que equipan la sala solo está operativa una con capacidad para cuatro cuerpos. Esta dificultad se suma a la falta de insumos como guantes, hilo y artículos de limpieza, los cuales no dotan con la regularidad debida.
La última opción para los cuerpos sin dolientes es sepultarlos en una fosa común en el Cementerio Nuevo, después de cumplirse un máximo de dos semanas en la morgue.