Los zamuros volando en círculos cerca de la quebrada que atraviesa por el sector Agua Viva, del caserío Villa Rosa, llamaron la atención de los lugareños, este lunes 2 de enero. Cuando eso sucede, regularmente es porque entre el monte hay algún chivo muerto, mencionó un habitante de la zona, pero, esta vez quienes se atrevieron a inspeccionar notaron que se trataba de restos humanos.
Los habitantes de las casas más cercanas al canal reportaron la novedad a los cuerpos de seguridad el mismo lunes aproximadamente a las 6 de la tarde, sin embargo, por lo retirado del sitio donde dejaron abandonado el cadáver no pudieron encontrarlo esa noche.
Hasta ayer en la mañana, los animales le habían devorado parte de la cara, del torso, las manos y los pies. Conservaba las piernas inflamadas cubiertas por un pantalón negro. Estaba acostado de cara al suelo y alrededor había, por lo menos, ocho conchas de proyectiles.
En Villa Rosa, no recuerdan casos recientes de personas desaparecidas y hasta este martes en la mañana ninguna persona se había acercado hasta la quebrada para cerciorarse de que las características del occiso fueran similares a las de algún pariente o conocido.
Desconocido en San Jacinto
Este 2 de enero, entre los cuerpos registrados en la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp) uno no llevaba consigo documentos de identificación.
Fue encontrado en el sector San Jacinto, detrás de la panadería Pan de Azúcar. El cadáver corresponde a un hombre moreno, de unos 1,70 metros de estatura, delgado, cabello negro y corto. De vestimenta llevaba un pantalón y camisa de varios colores.
El mismo día por la tarde, asesinaron a Alexander Daniel Pérez Segovia, de 19 años, en el barrio El Paraíso, sector II. Le dispararon en el pecho.