De las historias más tristes que nos ha tocado escribir. Han pasado plumas prodigiosas por EL IMPULSO, pero en 10 simples líneas podemos relatar lo que para mucho podría ser lamentable, fatídico y deprimente, para nosotros es un hecho que asumimos con dignidad y decoro. No nos doblegamos, no nos rajamos, seguimos adelante, como nuestros antecesores. Esos que levantaron esta empresa a fuerza de coraje y garra.
“Me llenaron de esperanzas palabras que si podremos salir, Dios mediante. Los sentimientos me ahogan sabiendo que a haber una pausa que se va a sentir en la comunidad larense y más allá de los límites de donde llegan EL IMPULSO. La toñeca (la rotativa) es la columna vertebral de EL IMPULSO y es la que nos da el pan de cada día a todos los que estamos aquí”, dijo con una mezcla de sentimientos encontrados el Domingo Antonio Piña coordinador de impresión nocturna, quien tuvo la tarea de apagar la rotativa que en los últimos años mantuvo viva la historia de 113 años del Decano de la Prensa Nacional.
Sin embargo sabemos que más temprano que tarde volveremos para ustedes.
Desde aquí, gracias por tanta lealtad, gracias por la fidelidad. Como la familia que somos, sabremos reponernos, con su apoyo de siempre.
Así de imprimió nuestra última edición… ¡Por ahora!