A pesar de las dificultades que existen para conocer la data oficial en materia de seguridad, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) logró acceder a algunas fuentes y asegurar que al menos 28.479 muertes violentas se registraron este año en el país.
El director de la ONG y sociólogo, Roberto Briceño León, explicó este miércoles que aunque desde hace una década se observa la destrucción de la institucionalidad, el 2016 ha representado el recrudecimiento de los índices de violencia.
“Esta destrucción viene dada en primer lugar por la partidización del sistema judicial venezolano, el desconocimiento de un Parlamento que a principio de año pensábamos nos daría una especie de correlación entre los demás poderes públicos, sin embargo se generó un enfrentamiento. El tercer elemento que define al deterioro es el bloqueo de mecanismos electorales que muy bien pudieran servir para dirimir el conflicto”, detalló.
En cuanto a la cifra antes mencionada, indicó que 18.230 de casos se corresponden a homicidios, 4.968 a averiguaciones de muerte y 5.281 casos a resistencia a la autoridad. En este último ítem, se registra un incremento del 79% respecto al 2015.
Añadió que con una tasa de 91,8 homicidios por cada 100 mil habitantes, Venezuela se ubica como el segundo país más violento del mundo.
“Si de ciudades principales hablamos, Caracas sigue siendo la más violenta, pues tiene 14 veces más homicidios que Sao Paulo, 10 veces más que Bogotá y 15 más que Ciudad de México”.
Destacó que dentro de los rasgos de violencia que por lo general toman en cuenta, aparece un nuevo elemento: el delito por hambre. La escasez, la arbitrariedad de poder y empobrecimiento han hecho que este ingrediente coloque a los ciudadanos -sobre todo a los más humildes- en un ambiente tenso.
En ese sentido, aumentó el delito amateur, es decir, delincuentes “no profesionales” que eventualmente conforman una “mafia” en las colas, participan en saqueos o simplemente roban porque el sueldo no les alcanza.
Función policial
De igual forma, este año se caracterizó por tener un proceder militar y policial más brusco, y según el estudio realizado por el OVV, se estima que el 80% de los casos de resistencia a la autoridad terminaron en muertes.
Aunque los cuerpos de seguridad ciudadana se han visto inmersos en situaciones irregulares, bien cabe mencionar que en Caracas 2.5 funcionarios son asesinados semanalmente, tomando en cuenta que carecen de los equipos y son blancos de la delincuencia, por lo cual deciden emigrar al servicio de seguridad privado.
Cómo actúa el ciudadano
En este punto del balance presentado establecen cuatro categorías: la generalización del miedo, pues los ciudadanos han optado por “encerrarse” en sus hogares para evitar ser víctimas del hampa; el enorme éxodo hacia otras ciudades o países ante la extorsión, amenaza o sometimiento; el aumento de linchamientos a causa del desamparo por parte de las autoridades y a su vez, el crecimiento de sicariatos.
“En nuestro país se producen entre uno y tres linchamientos por semana, y se registra que más de 120 personas pierden la vida por tomar la justicia con sus propias manos”, dijo Briceño León.
Puntualizó que ante la reiterada aplicación de políticas públicas erradas, es necesaria la contribución de todos los sectores sociales en pro de la reconstrucción de un país y del rescate del sistema democrático.
OLP, el peor error
Briceño León indicó que la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) es una concepción equivocada que apuesta fielmente a la guerra, cuando la seguridad ciudadana está arraigada por políticas pacíficas.
Argumentó que con la capacidad de fuego que han emprendido las autoridades, utilizando como premisa las fuerzas militares, se obtiene un incremento notable de muertes por parte de los policías y una respuesta contundente de los delincuentes.
De igual manera, especificó que de acuerdo con el concepto de masacre (3 o más muertes de manera concentrada), se produjeron entre una y cuatro por semana, bien sea a cargo de efectivos militares y policiales (OLP) o a cargo de grupos criminales.
