El año 2016 será recordado como uno de los peores años para la actividad turística en Venezuela, cuando se ha perdido la conectividad, se ha visto caer la ocupación en los hoteles y en las agencias de viajes, el poco producto que se comercializa se vende en moneda extranjera, asegura el expresidente del Consejo Nacional de Turismo y Vicepresidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno.
Afirma que lo califica como lo más deprimente, porque significa que hoy no podemos estar orgullosos de nuestra moneda que ha perdido total y completamente su valor.
-El 2017, de no existir voluntad política para el cambio y la toma de las medidas económicas que se han debido adoptar desde hace tiempo, no avizora ningún tipo de buenas noticias para el turismo, por una sencilla razón, hoy el 86,4 % de los venezolanos contestaron a una encuesta de la UCAB que no saldrían de vacaciones en diciembre, se quedarán en sus casas, esto se va a incrementar el año que viene porque el poder adquisitivo se continuará erosionando, es decir que, sin duda alguna, no tenemos unas grandes expectativas-, afirma.
Destaca que el Convenio Cambiario N° 36, que fue anunciado con bombos y platillos, hace apenas unas semanas, y cuando se hizo la primera vez el anuncio en el mes de abril, la dirigencia del sector turístico presentó las recomendaciones en torno a cuales deberían ser las aristas a ser mejoradas para que pudiera tener un impacto positivo, esto no se hizo, por lo que advierte que no se espera que en esta oportunidad vaya a generar un aumento en el ingreso de divisas o de bienestar.
-Estamos entrampados en un modelo político que no permite el crecimiento de la actividad turística-, asegura Cusanno.
Señala que de acuerdo con lo referido por algunos empresarios turísticos que participan en las reuniones del Consejo Nacional de Economía Productiva, la ministra de Turismo le exigía a sus colegas que resolvieran el problema de la liquidez monetaria, de la adquisición de las divisas, de los servicios básicos como la luz y el agua y de la inseguridad, ya que muchas de estas variables son las que están frenando el desarrollo del sector.
Admite el dirigente empresarial, que la ministra de Turismo enarbola una bandera de bondades, pero que está atada y agarrada a mucha gente que no entiende como funciona y como opera el turismo.