El papa Francisco oficia la misa de Nochebuena en una abarrotada Basílica de San Pedro, con lo que culmina un año marcado por sus peticiones para que el mundo proteja de mejor manera a los inocentes en zona de guerra, a los inmigrantes y a los que viven en extrema pobreza.
Conforme el coro de la Capilla Sixtina entonaba «Gloria» y timbraban las campanas de la Basílica, Francisco inició su procesión al altar detrás de los cardenales ataviados en vestimentas doradas para el servicio en el que se celebra el natalicio de Jesús.
La misa del sábado por la noche es el primer evento de magnitud para Francisco en la temporada navideña, que incluirá sus bendiciones al mediodía de Navidad.