Es parte de la cotidianidad en esta época, sobre todo, que muchas empresas se dediquen a labores de tipo filantrópico bajo la modalidad de repartir juguetes, bolsas de comida, en el marco de obras benéficas y de caridad en las comunidades e instituciones asistenciales o de cuidado diario a niños y ancianos. La reseña periodística en diarios o revistas o la noticia en los boletines internos circula en el ámbito de los negocios para dar cuenta de una labor de naturaleza social que, a diferencia de hoy, no siempre tuvo acogida ni fue respaldada por autores de renombre en mundo de la economía y de las finanzas.
Uno de los máximos exponentes de las tesis del monetarismo como lo fue Milton Friedman, asociado a la denominada Escuela de Chicago y propulsor del neoliberalismo, premio Nobel de Economía en 1976, se opuso abiertamente a la posibilidad de que las empresas asumieran tal cometido, argumentando que era de exclusiva competencia del Estado, por su propia naturaleza, atender las necesidades de ese tipo, que para eso recaudaban impuestos.La finalidad de la empresa es maximizar sus ganancias. Esa es la tarea que imponen a los gerentes, los accionistas o dueños del capital.
Bajo tal credo, intentaba exorcizar los planteamientos formulados al inicio de los años cincuenta por Howard R. Bowen, también economista, en su obra: “La Responsabilidad Social del Hombre de Negocios”, (1953), pionera en esta materia, para quien los empresarios estaban obligados a impulsar políticas corporativas mediante decisiones y líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad.
La revolución del conocimiento y el surgimiento de nuevos paradigmas que se gestan en la segunda mitad del siglo pasado, ponen en cuestión y le agrietan el piso a la concepción científica reduccionista y aislada, cuya acta de defunción ha sido reconocida a inicios del presente. Una vieja escuela que propugnaba la deshumanización de la civilización y continúa amenazando la supervivencia de las especies y del planeta, en nombre del crecimiento económico y del dominio tecnológico de la naturaleza. El Desarrollo Humano, la Sustentabilidad y la Responsabilidad Social se colocan en el centro del debate y de la lucha contra la exclusión, la desigualdad y la pobreza. Cada actor social: el Estado, la empresa y la sociedad civil asumen tal rol a su manera. A todos los niveles y en alianzas estratégicas. Es la gobernanza, como sistema de innovación, en red institucional para el fomento del capital social:
Telefónica Sustentable: anuncia que sus proyecto para el 2020 están alineados con los Objetivos del Desarrollo Sustentable (Acuerdo de París). “Lo queremos porque esto es bueno para nuestros resultados, nuestros clientes, sus familias y las generaciones futuras”, anunció el presidente de la transnacional española. General Electric Sustentable: en su perfil de sustentabilidad muestra avances y proyectos para el desarrollo local, especialmente, en América Latina. Fundación BBVA y UCAB, renuevan convenio para la formación de emprendedores. Empresas Polar acuerda una alianza con el Colegio San Ignacio, en Caracas, en procura del desarrollo de personas y organizaciones como factores de protección ante el consumo de alcohol. En síntesis, la práctica empresarial se reconvierte.
¡Feliz Navidad!
