Para recordar: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26)
Por la situación que vivimos en Venezuela (escasez de dinero, juguetes, ropa y alimentos) algunas personas sostienen que no habrá Navidad. Otros dicen que hoy, 21 de diciembre, llega “El espíritu de la Navidad”, como la tradición pagana lo promueve. Dicha tradición, no católica, sostiene que a tal espíritu le pueden agradecer por favores concedidos y hablar con él, como si fuera una persona, pero no es así.
Según la página www.elplaneta.com/news, la leyenda trata de “un ser que vino de una galaxia muy lejana, un 21 de diciembre… dicen que tenía una contagiosa alegría, que era un viajero errante y predicaba sus conocimientos, repartía regalos y bendiciones durante su recorrido”.
Además, le practican varios rituales: Le limpian la casa; colocan una estrella en el árbol, puerta o ventana; le prenden velas doradas con rojo; se dan baños con esencia de mandarina; le escriben cartas y le piden deseos para el siguiente año.
Es muy peligroso mezclar la religión bíblica con asuntos tradicionales o paganos (ver Hechos 16:16-24) En la página mencionada, señalan que escriben la carta y le rezan lo siguiente: “En el nombre de Dios Todopoderoso, le doy la bienvenida al Espíritu de la Navidad para que descienda con su energía y sea concedida a todos los presentes llenándonos de amor, paz y prosperidad”.
Cada quien puede creer lo que quiera; leyendas o tradiciones como esta, pero lamentablemente muchas personas (incluyendo algunos cristianos) son capaces de hablar durante horas de San Nicolás o papá Noel; del espíritu de la Navidad; pero son incompetentes para hablar de Jesús y/o la Trinidad, tal como lo presenta la Sagrada Escritura.
Es triste ver, como personas instruidas, para este tiempo, sostengan que el Espíritu Santo es una fuerza o energía; cuando en la Biblia sí se presenta como una Persona.
Según nuestro texto inicial, Jesús nos ofreció el “Consolador, el Espíritu Santo”, siendo una parte de la divinidad (Juan 14:26) Cristo nació, creció, murió, se fue al cielo, y mientras viene por Segunda vez, nos dejó al Espíritu Santo, un ayudador.
La Misión del Espíritu Santo consistía en darle poder a los discípulos para dar testimonio y a nosotros si se lo pedimos (Hechos 1:8); estaría en la tierra todos los días (Juan 14:16); nos concede sus frutos: Amor, paz, bondad, humildad, entre otros (Gálatas 5:20); podemos adorarle (Juan 4:24); Intercede por nosotros (Romanos 8:26); la Biblia nos alerta a no creer a todo espíritu y probar si vienen de Dios (1 Juan 4:1); el Espíritu Santo, nos puede facultar para hablar otro idioma, mientras se trate de la salvación a algún extranjero y no nos hace hablar en lenguas no entendibles o jerigonza (Hechos 2: 3,4).
El Espíritu de la Navidad tiene cabida en personas que creen en la inmortalidad del alma (que los muertos saben algo, o siguen vivos). En cambio, creer en Jesús, hablarle y pedirle, no es pecado, y como muchas veces no sabemos pedirle, el Espíritu Santo lleva nuestras súplicas a Cristo, quien es el Único intermedio entre Dios Padre y nosotros (1ª Corintios 8:6); por lo escrito y por medio del Espíritu Santo, Cristo nos dice: ¡Cuidado con el espíritu de la Navidad!
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com
