Son varios los elementos que hacen cultivar nuestra autoestima. Entre ellos, el hecho de sentir aprecio, cariño y respeto por parte de los demás ocupa un papel importante. A menudo nos valoramos según lo hagan otros. Por esta razón es necesario rodearse de las personas que realmente nos aprecian tal como somos.
La capacidad que tenemos para conocer a las personas y profundizar en nuestras relaciones personales también contribuyen a que aumentemos las seguridad en nosotros mismos. En este sentido, cabe decir que la amistad no se da sin la honestidad y la franqueza de nuestros sentimientos.
Tres son los recursos que nos permiten profundizar en nuestra relación con los demás y nos ayudan a pasar de un nivel de conversación superficial a otro más profundo: dando nuestro apoyo, expresando nuestros sentimientos positivos y mostrándonos tal como somos.
Referente al primero, se trata de apoyar incondicionalmente a la persona con quien iniciamos una relación afectiva o amistosa. Cuando tenemos la certeza de que estará a nuestro lado en todo momento, la consideramos un buen amigo. Para apoyarlo es necesario no hacer comentarios negativos referentes a él en público, como bien sabemos hay quienes no pierden la ocasión de reunirse con más gente para criticar, modo fácil para perder amistades, pues es una manera de traicionarlas.
También para apoyar a los amigos no solamente en los triunfos y los éxitos sino en los momentos difíciles, esta es una verdadera prueba de amistad. Además tener la capacidad de defender su reputación a costa de lo que sea.
Como segunda recomendación para entablar conversación profunda es necesario expresar sentimientos positivos, así ayuda a fortalecer las relaciones, porque a todos nos hace felices que nos digan que nos quieren.
La tercera y última propuesta es mostrarnos tal como somos. Normalmente sentimos la necesidad de que las personas más importantes en nuestras vidas nos conozcan de verdad. Por esta razón, les revelamos nuestras ideas, sentimientos, sueños, secretos y pensamientos. Porque queremos que sepan cómo somos: sin máscaras.
Nuestros amigos más íntimos no sólo saben a qué aspiramos, sino que también nos dan a conocer sus deseos y aspiraciones. El sentimiento de la amistad se basa en la reciprocidad. Nosotros confiamos en ellos y ellos confían en nosotros.