Los Escenarios del País: La novela de los billetes de 100

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La extracción de los billetes de 100 bolívares, según el ministro Reverol, se realiza”a través de ONG contratados por el Departamento del Tesoro Norteamericano” con el objetivo de sacar el papel moneda del territorio, “asfixiar el sistema financiero nacional y dejar sin dinero circulante a nuestro país”.

Dichas ONG subcontratan a grupos de delincuencia organizada” que llevan los billetes hacia Colombia y en grandes cantidades” son trasladados a Europa y Asia.

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“Los cuerpos de inteligencia de Venezuela aseguran que los billetes extraídos del país sean depositados en galpones ubicados en Suiza, Polonia, España, Ucrania, Alemania y la República Checa”.

Según el Gobierno, las mafias que extraen los billetes de 100 recibían entre 0,80 centavos y 1,3 dólares” por billete con el compromiso de que una vez que caiga el Gobierno este dinero será repatriado”.

 

Argumento insostenible

La fábula de la salida de los billetes encaja a la perfección en la prefabricada narrativa de la guerra económica’, dirigida por el imperio, usando como cachorros a países aliados en complicidad con la oligarquía criolla. Supongamos por un instante que sí existe una operación desestabilizadora con los billetes. Pero convenir es suponer que los desestabilizadores son torpes, ignorantes sin remedio, desprovistos de sentido común.

Si no fuese por el último párrafo, hasta podría creerse un 20 % de la fábula, que ya es mucho. Lo copio de nuevo. Según el gobierno, las mafias que extraen los billetes de 100 recibían entre 0,80 centavos y 1,30 dólares” por billete con el compromiso de que una vez que caiga el Gobierno este dinero será repatriado”.

O sea, estarían pagando alrededor de Bs. 3000 por sacar modesto billete de 100. Con esta cifra en mente, citemos a Luis Vicente León para bajar las cosas del mundo fantástico y ponerles un cable a tierra.

Tomando los cálculos hechos por Gustavo Noguera y Richard Obuchi en un artículo para Prodavinci, el billete de cien bolívares de 2008 tenía una capacidad de compra equivalente a diez mil bolívares de hoy. Es decir: que para pagar hoy un bien o servicio por el cual en aquel momento entregabas un billete de cien, ahora tendrías que llevar una paca de cien billetes de cien.

Especulemos que Maduro sale en 2018 y que la inflación alcance 2.000 % el próximo año, como pronostican todos los especialistas. Supongamos además que Bs. 1.000 millones caben en un camión blindado.

Siguiendo el ejercicio de LVL se llega a lo siguiente:

Repatriar 300.000.000.000 de bolívares (3000 millones de billetes de 100, contenidos en 300 camiones que cruzaron la frontera y nadie vio), considerando una inflación acumulada de 2.900 % (años 2015, 2016 y 2017) sin incluir comisiones que dicen pagar a las mafias ni costos de transporte, equivale al valor contenido en un solo camión, a la fecha de retorno, debido a la pérdida de poder adquisitivo.

Más brutos no pueden ser los de la guerra del billete; se llevan 300 camiones para repatriar 1. Pero además pagan US$ 3000.000.000 (tres mil millones de dólares) por una operación de sabotaje que le puede salir gratis.

Ridiculeces aparte, el mismo efecto se logra a menor costo y más rápido, si se hace una hoguera con ellos. ¿Qué sentido tiene conservar bolívares, que cada día se deprecian más? ¿Para qué llevárselos? ¿Enloquecieron los saboteadores, al punto de auto-sabotearse?

Pueden decirse muchas cosas acerca de la patraña urdida, pero una salta a la vista: ¿por qué, para castigar unos supuestos mafiosos, hay que desgraciarl la vida a los venezolanos? ¿Cuál es el morbo? Algo así como provocar un apagón nacional, porque hay unas tomas ilegales de electricidad en el Guarataro.

Esta estratagema no tiene explicación económica, parece ser más bien el preludio de una lluvia de acusaciones y persecuciones, por lo siguiente:Las fugas de capitales ocurren en dólares, moneda refugio para preservar el valor de los capitales

-Con los bolívares llevados a Colombia se podrían comprar pesos, como todo el mundo sabe. Y con los pesos, se podía comprar dólares (allá hay libre convertibilidad). Según la narrativa, los desestabilizadores no desean dólares, quieren “atesorar” bolívares para perjudicarse a sí mismos

Detalle importante: los sucesos ocurren en el extranjero, no hay jurisdicción para probar ningún delito

-“Les vamos a quemar las manos a los mafiosos que perderán los bolívares, no podrán retornarlos, cerramos la frontera”. O sea, no hay cuerpo del delito ni manera de probarlo

-Y tampoco delincuentes. Hay mafias internacionales dirigidas por la CIA, argumento manoseado

-En efecto, el canje de billetes obligatorio se aplicó en Cuba el 5 de agosto de 1961, con la diferencia que allá fueron 48 horas. Con excusa similar

-Abrirán averiguaciones a banqueros, a figuras de la oposición. Aparecerán dueños de quincallas, carniceros y buhoneros indiciados por tener muchos billetes de 100, a la hora del canje. “Viste que los tenían acaparados”. ¿por qué tienen tantos? Etc

-Muy probablemente el canje no se dé como está previsto, puesto que es inaplicable. Es una excusa para enlodar a la oposición y buscar un pelo de donde agarrarse para continuar la narrativa de la guerra económica’.

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