Colombia citó al embajador de Venezuela en Bogotá para expresarle su «inconformismo» por los señalamientos del gobierno de Nicolás Maduro referidos a que la falta de billetes en ese país es generada por «mafias» al otro lado de la frontera.
En un comunicado divulgado este lunes por la Cancillería, Bogotá informó que «citó la semana pasada al señor embajador de Venezuela en Colombia (Iván Rincón) para entregarle una comunicación oficial donde expresa su inconformismo por los calificativos que han sido emitidos por el gobierno venezolano en los que reiteradamente culpan a Colombia por una situación económica que no se genera en nuestro país».
«Frente a la estigmatización por parte de las autoridades venezolanas, donde se califican algunas ciudades del territorio nacional, especialmente Cúcuta, como sede de actividades económicas al margen ley, el gobierno colombiano rechaza enfáticamente tales calificativos», añadió el texto.
Maduro cerró la semana pasada las fronteras con Colombia y Brasil, al tiempo que ordenó el retiro de circulación del billete de mayor denominación en Venezuela, el de 100 bolívares (0,15 dólares a la tasa oficial más alta).
Tras disturbios provocados por la salida de circulación del billete y la ausencia del nuevo papel moneda de más alto valor, Maduro prorrogó la vigencia del mismo hasta Año Nuevo, pero a la vez alargó el cierre fronterizo hasta el 2 de enero.
Según el mandatario venezolano, el objetivo de retirar el billete era golpear a «mafias» que lo acaparaban en las zonas limítrofes con Colombia y Brasil, y que -según dijo- habían dejado al país con sólo 2% del papel moneda de esa denominación.
La semana pasada, Colombia pidió que se respetaran los derechos del comercio formal fronterizo tras el anuncio de Maduro y este lunes reiteró a Venezuela «su voluntad» de establecer un mecanismo para que los tenedores de billetes de 100 bolívares que obraron «de buena fe» de su lado de la frontera puedan ingresarlos al sistema financiero venezolano.
La frontera binacional había sido reabierta en agosto pasado luego de que se mantuviera cerrada casi un año por orden de Maduro, quien defendió la medida por problemas de seguridad y contrabando en la zona.
Venezuela, con la que Colombia comparte una porosa frontera de 2.200 km, padece una fuerte crisis económica, la inflación más alta del mundo y problemas de desabastecimiento.