Algo se rompió entre Argentina y Venezuela.
La distante relación bilateral alcanzó máxima tensión esta semana por el incidente diplomático que protagonizó la canciller venezolana Delcy Rodríguez en Buenos Aires y las declaraciones cruzadas de las últimas horas entre el presidente argentino Mauricio Macri y el diputado oficialista Diosdado Cabello, considerado el segundo hombre más poderoso de Venezuela después de Nicolás Maduro.
«Someter a un pueblo por la fuerza y no permitiéndole expresarse, eso es lo más cobarde que uno puede hacer», respondió Macri el viernes al ser consultado sobre las duras críticas lanzadas en su contra por Cabello desde su programa de televisión «Con el mazo dando».
El diputado chavista había tildado de «cobarde» a Macri por impedir participar a la canciller Rodríguez el miércoles en una cumbre del Mercosur en Buenos Aires. La funcionaria denunció que recibió golpes de la policía argentina cuando intentó ingresar al Palacio de Relaciones Exteriores para reclamarle a sus pares de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay por la reciente suspensión de Venezuela del bloque aduanero.
Cabello también le pidió al representante diplomático a cargo de la embajada argentina en Caracas que «recoja sus maletas y váyase, usted es enemigo de esta patria».
«No es para tomarlo seriamente. Alguien no puede auto-invitarse a un lugar donde no ha sido efectivamente participado», comentó Macri sobre la canciller Rodríguez durante una conferencia de prensa conjunta que ofreció junto con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en la residencia presidencial de Olivos.
«Es una anécdota menor frente a lo que está sufriendo el pueblo venezolano. Acá lo triste es la pobreza, el abandono y la falta de garantías sobre los mínimos derechos humanos de los que está siendo víctima la población venezolana», apuntó el mandatario, quien ha sido un fuerte crítico de la alianza política y económica que durante más de una década mantuvieron los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015) con el chavismo.
En el poder desde hace un año, Macri enfrió las relaciones diplomáticas con Venezuela, a punto tal de no designar embajador, dio su apoyo a la oposición a Maduro y en concordancia con otros gobiernos conservadores del Cono Sur, como Brasil y Paraguay, aisló a Venezuela del Mercosur.
«El gobierno que tienen hoy, desoyendo el pedido de los venezolanos sino también del mundo entero, insiste y todos los días nos enteramos de nuevas disposiciones que castigan más al pueblo venezolano y eso es cobarde», reiteró Macri.