Carmelo Cortez, presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto (FVB), dio a conocer un pacto de derechos de televisión exclusivos con TLT para transmitir a selecciones y ligas del país en todas sus modalidades y categorías hasta 2020, lo que incluyó un revelador anuncio: que la siguiente Liga Nacional (LNB) se jugará entre septiembre de 2017 y abril de 2018.
De este modo, el ente federativo parece determinar a la LNB como la nueva liga principal rentada del país en detrimento de la Liga Profesional (LPB), ya que se jugaría en los meses exigidos en el nuevo calendario internacional unificado de FIBA, a regir para selecciones nacionales y ligas a partir de 2017.
Las franquicias de la LPB – constituida desde 1993 en reemplazo de la antigua Liga Especial como una compañía anónima y privada sin supervisión directa de la FVB- siguen sin conocer la fecha inaugural de su siguiente torneo (la tentativa es 17 de febrero de 2017), en espera del pago de divisas correspondientes a una porción de la campaña 2015 y la totalidad de la 2015-2016.
Ese vacío que se ha generado motivó que, salvo aquellos jugadores con contrato multinanual, el resto haya decidido marcharse a jugar al exterior para no perder ritmo competitivo. Ese mismo vacío es, además, el espacio idóneo que permitirá a la LNB -impulsada por la FVB desde 1996 y antecedida por las Ligas Superiores de carácter regional- ser la principal liga a otorgar cupos para torneos internacionales.
La misma ya implementa un sistema de ascenso y descenso y tiene tres categorías, aunque en su contra tiene el hecho de que muchos de sus equipos campeones han desaparecido por causas económicas o largos recesos y, pese a jugarse año a año entre agosto y noviembre, no lo hace con un número fijo de franquicias.
Cortez ha conminado a los directivos de LPB a adecuarse desde el año 2013, cuando en una Asamblea Nacional realizada en Barquisimeto, advirtió de los planes de FIBA y presentó el plan federativo Visión 2020. En septiembre de 2014, en España, parecía ratificarse esa unión FVB-LPB en conversación con el entonces presidente del circuito, Jorge Hernández, pero las cosas parecen haber cambiado de manera definitiva.
Se repite la historia
En 1993, tras la primera clasificación de Venezuela a unos Juegos Olímpicos (Barcelona 1992), la Liga Especial dio paso a la Liga Profesional, entre conflictos por derechos de televisión y el reparto de los dividendos entre las franquicias y la FVB. Luego de 23 años, tras asistir a Río 2016, la historia del baloncesto de clubes parece condenada a repetirse, a pesar de que se advirtió con tiempo.
“Lo que queremos es consolidar la LNB. No queremos competir con nadie. Queremos llenar ese vacío”, dijo Cortez al programa radial Zona de 3 en Caracas. “No hemos tenido comunicación con los equipos de la LPB. A nosotros nos interesa lo nuestro. Viendo la situación de la LPB, es necesario potenciar la Liga Nacional con este arranque para septiembre de 2017”.
Resaltó que desea que la LNB “dure alrededor de siete meses y sea un torneo importante en el país” y recordó la solicitud de eliminación del concepto de ficha que rige en la LPB y no existe a nivel internacional, hecha en el mes de mayo y de la que “no ha sabido nada” por parte de los directivos de ese circuito. “Tenemos años pidiéndole a la LPB que se adecúe y haga una liga más larga. No ha pasado”.
El oriundo del estado Sucre recordó que “equipos como Guaros de Lara juegan la LNB y lo que se busca es mejorar la situación”, lo que parece abrir la puerta a una fusión. Otras franquicias como Cocodrilos de Caracas y Marinos de Anzoátegui también tienen filiales y equipos como Bucaneros de La Guaira, Gigantes de Guayana o Gaiteros del Zulia las tuvieron en años recientes.
En todo caso, no existe la posibilidad de que las dos ligas se jueguen de forma simultánea, toda vez que FIBA no lo permite. En 2014, este organismo sancionó a la JBA (Asociación de Baloncesto de Japón) por no haber acatado solicitudes desde 2009 para unificar las ligas NBL (13 equipos) y BJ (22 equipos), lo que le costó a ese país quedarse un año sin jugar torneos internacionales.