Como el hijo que cuelga la medalla de graduación en el cuello de la madre, Valentina Quintero se instaló en la plaza Bolívar de Santa Rosa, frente a la iglesia donde reposa la imagen de la Divina Pastora, para presentar con la bendición de la patrona de los larenses su Guía Turística, material que cumple dos décadas de haberse publicado por primera vez.
Para el evento incluyó en el equipaje a Miguel Delgado Estévez, su compañero de radio en el micro Cuentos de camino. Él, a su vez, sumó a su esposa, hijos, nieto, yerno -todos músicos- y un par de integrantes de La Parranda. Aquel empaque de talentos se vino a admirar los crepúsculos y a acompañar con música tradicional venezolana las anécdotas de Quintero sobre cada región visitada para escribir la guía.
“Esta presentación se la debíamos a la Divina Pastora”, se estrenó una voz emocionada de Quintero al saludar a los presentes. La deuda la tenía desde 2005, cuando se fracturó la cadera y vino por primera vez a la procesión, le suplicó a la Madre que la curara para no someterse a una operación y la Virgen estuvo atenta a cada palabra; 11 años después no ha entrado al quirófano para remediar secuelas de aquel accidente y eso le permitió seguir recorriendo el país, relató la viajera desde el escenario.
La devoción por la Divina Pastora no es lo único que ata a Quintero con esta porción del occidente del país. Como conocedora del territorio venezolano entero afirmó que donde hay un trabajo “mejor hecho y más sostenido” es en Lara. Se atrevió, incluso, a darle proporción a su querencia: “Yo me sé Lara completica y la amo y me entrego completa a la Divina Pastora” y si debiera elegir otro hogar fuera de Caracas, donde nació, sería en Barquisimeto, dijo.
Del suelo larense destacó Barbacoas, su iglesia, la Cueva de la Peonía y la Cascada El Vino. Se paseó por Carora y confesó su encanto por esa tierra, por su comida. Saltó a Duaca y se deshizo en halagos para la nata Don Manuel. Delgado Estévez completó la descripción con un golpe tocuyano.
Con Quintero contando momentos cumbres de sus viajes y Delgado Estévez refutándola con picardía desarmaron a los asistentes en risas.
Se estacionaron en Caracas y su Ávila, en el Zulia y el Relámpago del Catatumbo, en Falcón y los médanos, en Paria y la producción de cacao, en los llanos y las tonadas de Simón Díaz, en las montañas andinas y la imponencia del Salto Ángel.
Inquebrantable
Como lo repite en las redes sociales, Valentina Quintero está “sembrada en Venezuela” y tiene la creencia de que es posible echarla a andar con la voluntad de todos y cambio de gobernantes incluido.
“Estoy completamente convencida de que Venezuela se merece que la amemos. El problema no es Venezuela. Es este Gobierno tapa amarilla que tenemos, que es un desastre, que ha destruido a Venezuela. A nosotros nos toca ahora reconstruirla sacando este Gobierno”, declaró a EL IMPULSO.
Tampoco guarda temor por sus pala bras: “Voy a seguir diciendo todas las cosas que tengo que decir.
Es mi compromiso con Venezuela y, además, es lo que me nace y no lo voy a dejar de hacer, así como no he dejado de viajar. Aunque me digan que es peligroso, recorro Venezuela todo el tiempo y no voy con guardaespaldas ni en carros blindados”.