Si en la calle está el camino para un cambio, ya estamos en ese camino muchos de los ciudadanos de Venezuela. Caminando o en colas para comprar comida, medicinas, esperando transporte, esperando en los cajeros o en la entrada de los bancos para retirar parte del dinero que nos pertenece y el cual no podemos extraer completo por la crisis bancaria y falta de efectivo disponible.
Todo esto se transmite en humillaciones, degradaciones, desesperación, angustia en muchas personas y críticas al gobierno; no oigo decir que es culpa de la «guerra económica», a menos que sea un fanático del gobierno el que hace la cola.
Se oye y se escucha de todo en estas colas cotidianas y el común denominador es ¡hasta cuando”…! Me pregunto: ¿Será hasta que el cuerpo aguante? Siempre que no esté enfermo.
Adultos mayores son los que predominan en estas largas colas de espera para retirar sus pensiones y en estos días los jubilados los retiran por partes, teniendo que madrugar y poder conseguir algo de dinero. Creo que esto no se había visto nunca. Hay que ver para creer. La inflación o la hiperinflación no perdonará a nadie.
Mientras tanto y por ahora, parte de la MUD y un grupito “con ideologías comunistoides variables” en un diálogo prolongado y sin frutos.
El tiempo sigue su curso día tras día y es marcado en un reloj de Yuri Gagarín en la muñeca de un presidente amenazante y que “por hora” ese reloj da la hora. “El tiempo es oro” y si no se arregla pronto esta crisis económica, de comida y medicinas, el tiempo de vida de muchas personas se acabará en estas navidades, así como se acabó la de Simon un 17 de diciembre, enfermo y traicionado.
Pronto se verán más personas en hospitales y en las calles, callejones, vías, caminos por la falta de gas, agua, electricidad, hambre, miseria, inseguridad, además de protestas por muchas razones.
La solución está en parte en el ciudadano común y en el de a pie, por supuesto también en las autoridades competentes y sensatas de muchas instituciones públicas y privadas, en la sociedad civil organizada, en algunos líderes que pudieran tomar iniciativas decisivas y pacíficas, en el alto gobierno no fanático ni politiquero, el cual podría ayudar en mucho. Recapacitar, reestructur o renunciar, sería parte de la solución.
Espero que todos en estas navidades y año venidero puedan conjugar los verbos vivir, reír, comer, bailar, orar, comprar, soñar, disfrutar, compartir, amar en reunión de sus seres queridos. A los niños, adolescentes, jóvenes, lo mejor y no pierdan las esperanzas.
Rubén D. Lopera