Valorar el capital humano que aporta sus talentos para el crecimiento de EL IMPULSO es para la empresa un principio ineludible de aplicar, sobre todo, cuando transcurre la calidez de la Navidad y concluye un ciclo. Por eso, ayer, en la familiaridad de los espacios del edificio desde donde se construye este producto comunicacional se desarrolló la entrega del Premio Trabajador del Año y de los botones por antigüedad.
El presidente de la empresa, Carlos Eduardo Carmona, sintetizó en las palabras de apertura la gratitud de la gerencia hacia los empleados: “Muchas gracias a todos por el esfuerzo de este año, por la labor que ha permitido llevar a cabo, porque cada año se nos ha hecho más duro (…), pero han salido soluciones, hemos obtenido respuestas y retos diferentes. De alguna manera es agradable saber que somos capaces de enfrentar todos los retos que nos han impuesto y dentro de lo que cabe hemos salido airosos”.
Por el desempeño mostrado durante 2016 obtuvieron el reconocimiento Jesús Ramsbott, integrante del Área Técnica, José Mogollón del Área de Atención, Enny Aguilar del Área Administrativa y Yomar Colmenárez por la corresponsalía de Caracas.
Junto con ellos fueron postulados por Atención Cristóbal Fréitez y Argimiro Yépez. Por Técnica, Hernando Sarmiento, Edwin Peña, Jhonny Betancourt, Jesús Lucena y Junior Catarí. En la división administrativa, Carmen Virgüez, Carmen González y Haydee Ramos.
El hilo con el que se teje el éxito está hecho, según ellos, de trabajo en equipo. La unión, incluso, trasciende más allá de la oficina, como lo reconoció Ramsbott: “Somos una familia. Lo que sucede a los compañeros me afecta a mí también”.
Así también lo percibió Mogollón. “Es un logro de día a día” construido con el sentido de pertenencia y “las ganas de hacer las cosas bien”, definió. En lo individual, es un estímulo que además de pintar luces de excelencia anima al empleado, pues se siente valorado, como lo reconoció Aguilar, quien ganó la distinción por primera vez en los 11 años dedicados a EL IMPULSO.