«Ayer fue el día más feliz de mi vida», afirmó este domingo, sonriente, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, 24 horas después de recibir en Oslo el Nobel de la Paz por llegar a un acuerdo con la guerrilla de las FARC.
Santos, en conferencia de prensa conjunta con la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, rindió ante todo homenaje a este país, garante con Cuba del acuerdo de paz.
«Lo conseguido con las negociaciones no habría sido posible sin la presencia de Noruega desde el primer día», saludó el presidente colombiano.
Poco antes, Solberg prometió el «total apoyo» de su país a Colombia «para aplicar el acuerdo de paz».
El presidente colombiano admitió en esta rueda de prensa –la segunda que celebra en Oslo– que la «desconfianza» entre las FARC y muchos colombianos, tras 50 años de guerra, «es un desafío» que se tiene que superar. «Cuando entreguen las armas, se empezará a construir la confianza, por ambas partes», auguró.
«Esta vez en la negociaciones, las FARC fueron serias» y no como en otras ocasiones cuando las usaban para fortalcerse o ganar tiempo, añadió Santos.
Pero ahora es esencial según el presidente colombiano «acortar el tiempo entre el momento en que se firma (un acuerdo) y el momento en que se aplica», según la experiencia que dice haber adquirido del estudio de otros procesos de paz.
Las críticas al acuerdo siguen siendo nutridas. El sábado,durante la ceremonia de entrega del Nobel, el expresidente Alvaro Uribe tuiteó que el galardón «lleva impunidad y premio al terrorismo hasta la última consecuencia de poner en riesgo la democracia, y la disculpa de terminar la guerra».
Esas críticas «no merecen comentarios» se limitó a decir ese domingo Santos.
Tras la parte política de su jornada, un concierto en honor del premio Nobel de la Paz se celebra el domingo por la noche, en el Telenor Arena, en las afueras de la capital noruega. Entre otros artistas, está prevista la participación del colombiano Juanes y del británico Sting.
