Sin nuevos precios que garanticen rentabilidad, rubros como el café, caña de azúcar y maíz blanco podrían “ser sepultados en socialismo”. Tal aseveración fue realizada por Antonio Pestana, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), quien manifestó que de no haber un pronto pronunciamiento al respecto, por parte del gobierno, serán cada vez menores las posibilidades de recuperar estos cultivos, ya golpeados por las políticas económicas del país.
-Entre los productores que trabajamos con rubros con precios controlados, hay una profunda preocupación, porque la política de precios ha golpeado la producción y pareciera que se quisieran autodestruir los campos venezolanos.
Aquiles Hopkins, vicepresidente de la confederación, se sumó a la expresión de Pestana y lamentó que no exista respuesta del Ejecutivo Nacional.
Criticó que ni siquiera se conozca el precio de los rubros al cosecharlos, cuando lo ideal sería que fuesen fijados antes de sembrarlos.
Se comerá arepa importada
Pestana indicó que la producción de maíz blanco, del cual Venezuela fue autosuficiente en 2006, sigue “en caída libre” debido a las políticas del gobierno.
Señaló que la merma ha sido continúa, pero que en 2016 Venezuela estaría a punto de “tocar piso”, por lo que haría falta una rectificación en materia productiva. En 2013 la producción nacional atendería el 75% de la demanda nacional, mientras que en 2014 caería al 60% y en 2015 el 41%.
Durante el presente año, sólo se atendería el 33% de la demanda, por lo que el componente restante tendría que ser importado.
-Estamos a un paso de que nuestra arepa sea prácticamente importada, con la vulnerabilidad que significa depender netamente de los dólares. Pero para evitar que eso ocurra, necesitamos que haya rentabilidad para el sector… Si no hay decisiones inmediatas iremos al despeñadero.
Hopkins, criticó que haya un 90% de avance en la cosecha de maíz y que aún no haya un precio establecido. La pretensión de cancelación sería de Bs. 96, lo cual advirtió, no cubre ni siquiera el 50% del costo de producción.
Ambos representantes de Fedeagro manifestaron que existe una propuesta concertada entre el sector agrícola y la agroindustria, de precio del maíz blanco, en Bs. 244, a pesar de que el costo de producción más el 30% de rentabilidad sería de Bs. 260.
Sin embargo, la misma no ha sido aceptada por el gobierno, a pesar de que el precio de venta al público, de la harina de maíz, sería menor al de importación
La caña quedaría en el campo
En cuanto a la producción de caña de azúcar, Pestana indicó que el sector ha hecho una propuesta de precio en anaquel, de Bs. 1.530 el kilogramo de azúcar, la cual no ha sido atendida.
Dicho valor sería mucho menor al precio del rubro importado, que se paga hasta en Bs. 5.900.
Por su parte, Hopkins acotó que la producción del sector también registra una caída considerable.
Expresó que en 2008 la producción fue de 9.600.000 toneladas de caña de azúcar y que entre 2015 y 2016 la cifra cayó a 3.500.000 toneladas.
Para 2016-2017, no se ha iniciado la cosecha de la caña, ya que el servicio más el costo del flete generaría mayores gastos que los ingresos, basados en el precio sin ajustar.
Café que no atiende la realidad
Pestana indicó que si bien el rubro fue objeto de una revisión en su precio, este ya no sería cónsono con la realidad productiva. “Los productores ahora no salvan ni la rentabilidad, mientras que por un kilogramo de café se paga en Caracas hasta Bs. 18.000”.
La propuesta de representantes de la confederación sería de bs. 200.000 por quintal de café.
Acotó que “atacar a los productores, lejos de beneficiar a los consumidores los afecta”, ya que a menores condiciones productivas, menor será el producto en el mercado y a menor oferta se incrementan los precios.
Subrayó que el sector “nunca ha pedido dólares al gobierno”. Por el contrario, solicita condiciones para importar por cuenta propia sus herramientas, sin que por ello sean sometidos a delitos de ilícito cambiario. “De lo contrario, estamos contra la pared”.
-Necesitamos políticas macroeconómicas que permitan que la agricultura y otros sectores nos desenvolvamos con libertad, sin tantos ataques o inspecciones de organismos como la Sundee, bajo esquemas además insólitos, que siembran desconfianza para invertir.
