A un año de aquella histórica victoria obtenida por la oposición venezolana ante el Gobierno de Nicolás Maduro, en las elecciones Parlamentarias, donde los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática obtuvieron dos terceras partes en los curules de la Asamblea Nacional.
Habían pasado 16 años desde que la oposición al Gobierno no tenía el control absoluto del Parlamento nacional. Un triunfo que significó ganar terreno en circunscripciones donde siempre había arrasado el chavismo.
Con 112 diputados de la MUD, contra apenas 55 partidarios del oficialismo, el pueblo venezolano logró lo que en mucho tiempo había esperado, tener una mayoría en la Asamblea Nacional.
Fue gracias a la estruendosa campaña política realizada por los miembros de las organizaciones adversas al régimen, discursos esperanzadores en busca de un mejor futuro para el país, que lograron convencer a más de siete millones de venezolanos, aunado a la situación política, económica y social que atravesaba Venezuela para entonces que, se ha ido intensificando en los últimos meses, que hicieron que gran parte de los ciudadanos votaran a favor de la oposición.
De acuerdo a los datos suministrados por el Consejo Nacional Electoral, hubo un total de 13.306.447 votos válidos, de los cuales 7.707.422 (56%), fueron a favor de la oposición, por 5.599.025 de personas que sufragaron en pro de los candidatos oficialistas, representando una diferencia de 2.108.397 papeletas.
Desde aquel día histórico, donde más de la mitad de toda una nación respiraba cambio, armonía y sobre todo esperanza, la Asamblea Nacional se ha visto ahogada por una serie de sentencias por parte del Tribunal Supremo de Justicia que anula todas aquellas decisiones emitidas por el Parlamento por considerarlas “institucionales”.
Este hecho ha impedido, en parte, que los diputados opositores cumplan con las promesas y objetivos que plantearon desde la campaña electoral para tratar de hallar el cambio político en el país y la restauración de los poderes públicos de Venezuela.
La liberación de los presos políticos ha sido otro de los puntos pendientes, sin embargo, como alternativa a la Asamblea Nacional, la Mesa de la Unidad ha aceptado sentarse en una mesa de diálogo con el Gobierno nacional y representantes de la iglesia Católica y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como mediadores, para buscar soluciones a los problemas actuales de los venezolanos.