Es tan rápido y sencillo tomarse una taza de café, pero tan laborioso y tardío producir el grano.La primera acción descrita no rinde honor al trabajo artesanal de los caficultores en el campo.
Hasta hace poco más de una década, Venezuela exportaba granos de calidad para el mundo. No obstante, en la actualidad el país ni siquiera es autosuficiente en este rubro, al punto de convertirse en uno de los más importantes compradores de café nicaragüense.
La tradición y el conocimiento se mantienen en el campo, pero la política de precios y otras diatribas diezman la actividad. Así lo relató Roberto Enrique Colmenárez, productor de café en Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco, quien pertenece a la cuarta generación de productores en su familia. Expresó que no les ha sido fácil concretar estructuras de costo con los gobiernos de Hugo Chávez Frías ni con Nicolás Maduro, razón por la cual han dispuesto de múltiples métodos, técnicas, diseño de documentos y reuniones, a fin de mantener, con lo poco con que cuentan, el café vivo en el campo venezolano.
Simón Valero, también productor larense, agregó que en lo que va de gobierno, se han presentado más de ocho planes especiales de café, pero estos no han rendido frutos por la falta de políticas acertadas que tomen en cuenta la experiencia del productor, así como los controles y seguimientos de las metas.
-Los planes han servido para dilapidar dinero para la corrupción.
Actualmente el rubro se encuentra en etapa de cosecha, la cual culminaría en el 15 de enero. Sin embargo, aún no hay un acuerdo de precio, lo que genera preocupación en el sector, sumado al desestímulo del pago de una única calidad de café, sin importar el tipo de grano que el caficultor presente al comprador. Se trata de un círculo de vicios.
El pago actual por quintal es de Bs. 110.000, pero los productores reclaman que según condiciones vigentes sea por encima de Bs. 160.000.
Todo esto ocurre mientras que a escala internacional, los precios son muy superiores. Hasta octubre de 2016 se pagaron variedades suaves por encima de los $180, naturales en $161 y robustos en $107,56, según la International Coffee Organization.
Propuestas de los caficultores
Los productores han presentado múltiples documentos a los gobiernos de Chávez y Maduro, a fin de recuperar el cultivo.
En el más reciente informe que han diseñado es un esquema del desarrollo de la caficultura, que explica y justifica sus precios, descritos en el pasado como “exagerado”, sin tomarse en cuenta que parte importante del proceso es netamente manual y, por tanto, artesanal.
En este sentido, Valero criticó el cambio constante de ministros en el área, lo que, en su opinión, impide que cualquier propósito se concrete.
El ocho de julio de 2016 entregaron al ministro actual, Wilmar Castro Soteldo, los citados documentos, así como una propuesta de estructura de costos para la cosecha 2016-2017, la cual estaría desfasada, motivado a la inflación. No obstante, sirve de referencia para un ajuste y revisión trimestral, tal y como lo solicita el gremio.
Vale destacar que tras la aparición de la enfermedad “roya” a la planta del café, en 2014, el sector también mostró una propuesta titulada Programa de Reimpulso de la Caficultura Nacional, por lo cual no se podría alegar una falta de interés o participación por parte de los caficultores.
Colmenárez subrayó que la roya afectó el 70% de la producción nacional de café, debido a su instalación aguda en cafetales desde 2013.
Sobre la enfermedad del café, Valero fue puntual al señalar que los caficultores de manera particular no podrán superarla desde sus fincas. Se requiere de un abordaje nacional, que sea ejecutado por el mismo gobierno.
Previsión de cinco años
Como parte de la propuesta de recuperación, los caficultores han planteado atender entre 2015 y 2019 un total de 93.189 hectáreas de superficie afectada, de las 232.973 en todo el país. La meta de esta propuesta, aunque modesta y conservadora, comprendía la producción de 20 quintales por hectáreas.
Respecto a esta proposición del sector, Valero, cuestionó la cifra. Señaló que Venezuela cuenta con más de 20 años de atraso tecnológico en la materia, por lo cual, en lo inmediato, sería preciso conocer e imitar experiencias cercanas para su aplicación.
Indicó que en el país, numerosos caficultores han renovado su semilla con la de otros países, por lo que existen interesantes experiencias.
Colmenárez detalló que en Sanare conviven fincas con experiencia productora de entre 40 y 50 quintales por hectárea, por lo cual la cosecha podría ser aún mayor. Se trata de un trabajo, hecho con base en la transmisión ancestral de conocimiento y a partir de semillas multiplicadas por los mismos productores.
En este sentido, también indicó que el Instituto de Investigaciones Agrícolas, apenas tiene capacidad por ofertar 10 mil kilos de semilla por año, es decir, el 5,3% del monto requerido para el proyecto y la necesidad nacional.
Explicó que cada kilogramo comprende 2.500 plantas para siembra, pero sólo en una hectárea se deben destinar 5.000 de estas. Por tanto, la institución podría atender 5.000 hectáreas de las más de 90 mil que el sector plantea se deben recuperar.
En materia de herbicidas para el programa de renovación se requerirían 186.378 litros y de cal agrícola 37.275.600 kilogramos, para cuatro años de labor.
Por su parte, Valero criticó el actual servicio de Agroisleña, que no atiende debidamente los requerimientos del sector.
Tareas a resolver
Como parte del Programa de Reimpulso de la Caficultura Nacional, período 2015-2019, presentado por un grupo de caficultores del país, entre estos Colmenárez, basado en las doce decisiones del presidente Hugo Chávez, para el Plan Especial del Café, los productores propusieron:
1.- Creación un centro de investigación del café. El propósito sería recuperar la tradición caficultora e incluso exportadora. Desean que al café se le dé la importancia de la cual gozaba previo a la era petrolera.
Con esto también se romperían los esquemas de siete quintales por hectáreas y se propiciarían mayores rendimientos.
2.- Asistencia técnica profesional.
3.- Formación de bancos de semilla o casas de semilla por territorio caficultor. Lara cuenta con más de 60 comunas cafetaleras y a esa práctica se podrían sumar cooperativas, asociaciones y otros.
4.-Transferencia de asistencia técnica desde las comunidades, también de manera formal. Colmenárez señaló que en las comunidades hay múltiples personas capacitadas y formadas, que además pueden apoyarse con la academia, a fin de brindar asesoría a quienes se dediquen al rubro.
5.- Formación de laboratorio de análisis de suelo. El 98% de la siembra de café se hace sin estudios previos de este tipo, lo cual calificó como una grave debilidad. Para dicho fin también se requeriría el apoyo técnico y científico con las universidades.
6.- Conformación de centros de acopio de productores para la distribución del café a empresas públicas y privadas. Así sería menos compleja la articulación del precio y se controlaría el desvío.
Vale destacar que a fin de tener mayor alcance y mejor servicio, el gremio actualmente tramita el registro del Consejo Nacional del Café.
Otros productores como Valero, proponen una nueva visión del café y los caficultores, a fin de que se vea la actividad como conservacionista-ambiental y a los productores como guardianes de las montañas. La propuesta incluiría pagos o financiamientos conservacionistas.
Sostiene que el estímulo desde el campo, acompañado de tecnología, recuperaría la producción de café y consecuentemente, los afluentes de agua, a los cuales también se les ha hecho daño.
Problemática de precio
La principal problemática del sector ha sido la determinación de un precio que les genere rentabilidad.
Al respecto, Colmenárez indicó que el pasado mes de agosto presentaron un esquema de fijación de precios al gobierno, para el período 2016-2017, el cual ya estaría desfasada motivado a índices inflacionarios, alzas en salarios y otros.
Solicitan revisar de nuevo la propuesta de precio y que se realice de manera continua, en lo posible de manera trimestral, motivado a la volatilidad económica venezolana.
Al consultarle cuál podría ser el precio adecuado, indicó que es muy riesgoso determinar un valor que no sea aplicado en lo inmediato. Sin embargo, si las condiciones actuales se mantuvieran, el promedio de los caficultores se mantendría en Bs. 160.000 por quintal (46 kilogramos).
Sin embargo, Valero sostuvo que el actual precio pagado sería rentable si al menos se obtuvieran 20 quintales de café por hectárea. La producción promedio actual sería de entre ocho y diez quintales por hectáreas.
Variedades del café
Colmenárez criticó que a pesar de lo establecido por la Comisión Venezolana de Normas Industriales (Covenin), propias del gobierno de Marco Pérez Jiménez, sobre café verde en Venezuela, no se respeten las variedades del grano ni se reflejen en su comercialización.
-Se pide como blanco, negrito o guayoyo, pero no se conoce ni siquiera que la ley lo clasifica en seis tipos.
La propuesta de los productores es pasar a sólo dos tipos o calidades: lavados y naturales.
Detalló que para aplicar este tipo de esquemas se debe implementar un Plan de Zaranda, maquinaria que se debe sumar al proceso y que puede ser fabricada en Venezuela por los mismos productores. La función de esta sería separar ambos tipos para su clasificación.
Años atrás, las zarandas (instrumento para cernir), se encontraban instaladas en los equipos de los productores, pero visto que se comenzó a pagar una única calidad al mismo precio, al mezclarlas, como ocurre en el presente, abandonaron la práctica.