Medio siglo después, Fidel Castro y el Gue Guevara, íconos de rebeldía en el mundo, se reencontraron en Santa Clara, en la escala más simbólica del viaje que lleva las cenizas del líder de la Revolución cubana.
Los restos de Fidel Castro fueron llevados hasta el monumento donde reposan los de su entrañable amigo de armas, a quien vio por última vez en 1966 antes de que fuera ejecutado en Bolivia un año después.
Allí, pasaron la noche y este martes recibieron otro multitudinario homenaje antes de proseguir su rumbo a Santiago de Cuba, donde serán inhumados el domingo.
«Van a estar al final juntos, como mucho tiempo atrás estuvieron en la guerrilla», afirmó emocionada Madeline Villegas, de 31 años.
Cinco excombatientes del ejército rebelde desempolvaron sus medallas para despedir al «Comandante en Jefe». Con el pecho henchido, oyeron sonar el himno cuando la caravana con los restos de Fidel Castro se detuvo frente a la la biblioteca José Martí, en el centro de la ciudad.
«!Viva Fidel!». El grito unánime se oyó fuerte en Santa Clara en medio del sobrevuelo rasante de un helicóptero. Otra vez llanto y recuerdos se juntaron. Los más jóvenes como Talía Jiménez, una estudiante de preuniversitario de 16 años, sintió que «en esa urna no iba Fidel», que el padre de la Revolución cubana se había quedado con el Che.
Secundino Díaz, un comerciante jubilado de 87 años, apenas lo podía creer: el «Che» Guevara y Fidel otra vez juntos. «Es muy simbólico que sus restos hayan reposado aquí», comenta, y agrega: pocos como ellos dos «vivieron como quisieron».
Cubierta por la bandera cubana, la urna de cedro con las cenizas de Fidel Castro partió el miércoles desde La Habana sobre un armón adornado con flores blancas que arrastra un vehículo militar.
El recorrido seguirá por las provincias de Ciego de Avila y Camagüey, donde en principio está previsto que la caravana haga su segunda parada la noche de este jueves.
Desandar la historia
Fidel Castro conoció a Ernesto Che Guevara en México en 1955 por intermedio del hoy presidente Raúl Castro. Cuando ya estaban camino al triunfo de la Revolución de 1959, que derrocó a Fulgencio Batista, el Che conquistó Santa Clara después de una dura batalla.
Treinta años después de su muerte en Bolivia en 1967, el icónico Che fue enterrado con honores en una ceremonia en Santa Clara encabezada por Fidel Castro. La relación entre ambos fue tan estrecha que Castro llegó a admitir que soñaba con él años después de su muerte.
«Pasa el tiempo y, a veces, uno sueña con el compañero que murió, y lo ve vivo, y conversa con él», dijo en la entrevista con Ignacio Ramonet, publicada en el libro Cien horas con Fidel.
El último viaje de Fidel Castro está cargado de simbolismo. En 1959 un enérgico líder guerrillero de 32 años salió, junto al resto de sus «barbudos» desde Santiago de Cuba hacia La Habana, donde proclamó el triunfo de la Revolución.
Este miércoles sus restos emprendieron un largo camino desandando el viaje por el país que Fidel Castro transformó con recetas de corte soviético, y en abierto desafío a Estados Unidos.
Las cenizas de Castro serán depositadas finalmente el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, donde descansan los restos del también icónico José Martí, héroe de la independencia cubana.
¿Qué pasará ahora?
La muerte de Fidel reaviva las preguntas sobre el futuro del socialismo en Cuba, y de las relaciones con Estados Unidos ahora que Donald Trump se instalará en la Casa Blanca.
«El cubano no es político, no le importa la política, lo que queremos son cambios económicos. Ya mismo», dijo José Arnocha, un taxista de 37 años.
El modelo de economía planificada hizo agua con el colapso del bloque comunista, y hoy Raúl Castro lleva a cabo una cauta apertura al trabajo privado y la inversión extranjera, al tiempo que alienta una histórica aproximación con Washington.
El hermano menor de Fidel asumió el poder en 2006 a raíz de una enfermedad intestinal que obligó al máximo dirigente de la Revolución a soltar las riendas del país. La gran pregunta es qué pasará a partir de 2018, cuando el presidente Raúl Castro, de 85 años deje el poder, tal como prometió.
«De muchas maneras, la muerte de Fidel simbólicamente marca el fin de una era y el inicio de una era post Castro, una vez que Raúl se retire también de la vida pública», comentó a la AFP Jorge Duany, director del Cuban Research Institute.
«Sin la sombra de su hermano mayor, Raúl puede sentirse más libre de poner en marcha» más reformas, agrega.
Resta ver qué ocurre con Trump, quien amenazó con cancelar la aproximación a Cuba si no obtiene de la isla más apertura económica y compromiso con los derechos humanos.