Según el Índice Internacional de Seguridad y Policía presentado el pasado jueves por la Asociación Internacional de Ciencias Policías y el Instituto para la Economía y Paz, Venezuela pasó a ser el primer país más inseguro de América Latina.
Frente a esto, el diputado ante la Asamblea Nacional, Teodoro Campos, manifestó que en Venezuela no existen planes específicos en materia de seguridad, es decir, que el tema de la delincuencia no se ha manejado con prioridad; siendo algo que las estadísticas demuestran. El Observatorio Venezolano de la Violencia calculó que para el último lustro la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes dio un salto, al pasar de 57, en el 2010, a 90 en el 2015.
Es un hecho que va de la mano con el declive económico que se vive en el país. A medida que la crisis económica y social se agudiza en el territorio, la tasa de inseguridad igualmente incrementa. Lamentablemente los sucesos delictivos se trasladaron a su vez hacia los centros de educación inicial y secundaria, convirtiendo a los jóvenes en víctimas cotidianas del hampa.
En lo que va de mes, más de tres veces han sido robados los estudiantes que hacen vida dentro del liceo Siso Martínez, ubicado al norte de la ciudad. En la mañana del lunes una vez más fue objeto de robo la institución.
Marci Alarcón, docente de aula y defensora de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, informó que los estudiantes de 5to. año se encontraban en la cancha, en su clase de educación física, cuando desafortunadamente sujetos ajenos a la institución entraron armados y los asaltaron, llevándose sus teléfonos celulares y dinero; incluso los profesores que trataron de auxiliarlos fueron amenazados.
“Nos dirigimos a la comandancia de Fundalara para solicitar verbalmente un recorrido permanente y de seguridad, pero la única respuesta que obtuvimos es que ellos tienen pocas unidades y que deben priorizar sus acciones”, expresó Alarcón.
Como consecuencia de eso, las clases en el liceo fueron suspendidas por parte del personal docente, administrativo y obrero, quienes temen por su vida ante la falta de garantías y de seguridad en las instalaciones. Incluso, gran parte de los representantes apoyaron la medida.
“La zona perimetral de nosotros es vulnerable, los delincuentes saltan del Campito a los espacios de la institución. Colocamos una cerca, pero igualmente la tumbaron y por ella acceden al sitio”, dijo Alarcón.
Asimismo, un grupo de estudiantes pretendió tomar acciones a manera de encontrar una solución. Los alumnos del liceo obstaculizaron el paso vehicular en la intercomunal Barquisimeto – Duaca con troncos y cauchos para llamar la atención de los entes de seguridad y enviarles un mensaje sobre el apoyo que necesitan para continuar con sus estudios.
Uno de los estudiantes relató cómo los maleantes frecuentemente entran a la institución por la cerca perimetral, la cual se encuentra en nefastas condiciones. “Los profesores tienen miedo y suspendieron las clases hasta nuevo aviso, es decir, hasta que exista seguridad en el lugar. Los afectados somos nosotros, necesitamos que el Estado nos apoye y envíen la seguridad a la zona porque queremos seguir con nuestros estudios. Para colmo uno de nuestros compañeros se rehusó al robo de sus libretas y bolso y le pagaron con un tiro en su barbilla”.
Para este miércoles a primera hora tendrá lugar una asamblea de padres y representantes con las vocerías estudiantiles para efectuar mesas de trabajo y una vez más solicitarán la seguridad dentro de los espacios y la garantía a la vida. “El derecho de educación no puede estar por encima de la garantía a la vida. Agradeceríamos que todas las fuerzas vivas: familia, escuela, comunidad y estado nos apoyen para que se logre la paz escolar”, exclamó Alarcón.
