Estamos en la parte final del presente año y tal como en reiteradas oportunidades lo señalamos, en el 2016 no se realizarían procesos electorales de ningún tipo, ni referendo revocatorio, ni de gobernadores, ni de legisladores regionales, y para ello el “oficialismo” se valdría de cualquier cantidad de trampas y triquiñuelas para lograrlo.
Así tenemos, que desde hace tiempo el CNE, en complicidad con el TSJ, ha venido colocando obstáculos, sin ningún viso de legalidad, para impedir a toda costa que el pueblo se exprese electoralmente, y así poder evaluar la gestión de un funcionario público, electo por el voto popular, al cumplir la mitad del periodo, tal como lo establece el artículo 72 de la Carta Magna.
Como podemos observar, el “oficialismo” ha montado un andamiaje jurídico al margen de la constitución, devenido de decisiones y componendas que rayan en la ilegalidad, amparados con ese manto de impunidad y emparejamiento, que cubren a algunos poderes públicos amordazados y subordinados al poder central.
Por otra parte, a la calamitosa situación institucional que vive hoy día la AN por el cerco oficialista, debemos agregar ahora toda esta tramoya obstruccionista contra los comicios electorales pendientes por realizar por parte del CNE, lo cual evidencia la extinción del sistema democrático y el revestimiento dictatorial del régimen.
No obstante, la mayoría del pueblo venezolano, los mismos que se pronunciaron el 6 de diciembre, han depositado su confianza en la MUD y en las reuniones de la mesa de diálogo, a fin de encontrar una salida pacífica, democrática y constitucional, a la inmensa crisis que estamos padeciendo.
Sin embargo, los resultados alcanzados a la fecha y el comportamiento del “oficialismo” luego de conocerse el primer comunicado de la Mesa dejan mucho que desear: la salida electoral a la crisis no se menciona en el acuerdo suscrito, a los presos políticos les modificaron su denominación por “personas detenidas” y no se sabe nada de los más de 110 presos de conciencia, y lo relativo a la crisis humanitaria se encuentra en el propio limbo.
Todo parece indicar que el gobierno una vez más se salió con la suya y ha logrado ganar el tiempo necesario para atornillarse en el poder hasta el 2018; lo del estado Amazonas resulta inconcebible, pareciera el reconocimiento tácito, por parte de la oposición, de haber ocurrido de verdad un fraude y con lo cual están cediendo los 2/3 de la mayoría calificada del Parlamento, y lo del respeto del Poder Ejecutivo a la AN, como explicar en estos días la prórroga por quinta vez del Decreto de Emergencia Económica, en vigor desde hace 1 año, cuando la Constitución solo permite que dure 4 meses, además de las continuas amenazas proferidas desde el alto gobierno.
De tal manera que por muy optimistas que se quiera ser a veces las esperanzas se desvanecen, si no hay elecciones generales en el corto plazo que garanticen un cambio en paz, todo va a continuar de mal en peor, de lo que se trata es de cambiar al régimen actual, con ese desgastado y desfasado modelo “comunista” que ha llevado al país a la ruina económica, política y social, y así poder rescatar la democracia, el sistema de libertades y comenzar la reconstrucción de nuestro hermoso país.
En fin, a partir de ahora estamos ante un escenario muy complicado, el tal dialogo se congeló, los problemas han comenzado a hacer crisis, es el momento de construir y tender puentes, la población se muestra agobiada y con una calidad de vida en completo deterioro, por lo que no deberíamos subestimar su capacidad y limites de paciencia, recordemos, que tienen que ser los ciudadanos quienes restablezcan la constitución. Valor y pa´lante.
