Más allá de la intención del Gobierno por oxigenarse durante el diálogo, es preocupante el debilitamiento de la oposición, porque por no obtener resultados, está propenso a perder la fuerza y la credibilidad de las personas que confiaron en su visión de país.
De esta manera se expresó el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), Benigno Alarcón, quien claramente aseguró que la mesa que comparten en estos momentos el oficialismo y la disidencia, no está enfocado en resolver la crisis mediante unas elecciones, sino que por el contrario, se está evitando la transición política.
Indicó que hay un “gran” hermetismo en cuanto a los acuerdos que han surgido en el diálogo, sin embargo, se puede notar que la realización del referendo revocatorio no está planteado, por lo tanto, ambas fuerzas convierten este mecanismo pacífico y propio en escenarios críticos, en un ejercicio poco útil para la población.
“¿Qué resultados hay del diálogo: la liberación de muy pocos presos, pues hay que recordar que hay más de 100 y los que se han liberado no llegan ni al 10 %; por el otro lado se han paralizado todas las protestas de calle que se habían planteado y las iniciativas sobre el juicio político, que aunque no existe en Venezuela, se hace una revisión sobre el cumplimiento de los deberes que tiene el Presidente de la República, y también se detuvo la presión internacional, quienes no dirán que no se dialogue, por el contrario, van a expresar su apoyo al entendimiento, así que mientras esto suceda no van a tomar medidas de presión como la activación de la Carta Democrática Interamericana”, explicó.
Alarcón, quien también es abogado, enfatizó que si el Ejecutivo no ha cumplido con uno de los principales compromisos, como es la liberación de los presos de conciencia, por qué habría que mantener la expectativa de que cumplirán los demás acuerdos.
En ese sentido, dijo que la Mesa de la Unidad Democrática no debería continuar alimentando un proceso que le ha restado tiempo y no le permite proseguir en la presión popular, ideada desde hace meses.
De igual forma, partiendo de que el Gobierno es el único beneficiado, Alarcón sugirió a la oposición cuidar la legitimación y la confianza construida en el tiempo, porque deberían evitar la pérdida de su capital político, que es lo más valioso en una organización de este tipo.