La violencia siempre ha estado en todos los espacios, ahora los espacios públicos se convierten en adverso para las mujeres, advierte Hisvet Fernández, psicóloga social y coordinadora del Observatorio Venezolano de la Violencia Contra La Mujer, núcleo Lara.
La especialista indica que la violencia antes era algo que se veía dentro del hogar, era propio de las parejas, pero ahora se están observando nuevas caras y en cualquier sitio la mujer está expuesta a un maltrato.
Fernández lamenta cómo la crisis económica, social y política por la que está atravesando el país ha echado por el piso todos los avances que tenían en cuanto a leyes, a trabajos de comportamientos e igualdad para garantizar una vida libre de violencia a toda mujer. “La crisis es integral, es total y más profunda, las situaciones que estamos viviendo es la peor”.
“Esta situación lejos de mejorar se agrava, no es que antes vivíamos mejor pero los niveles de violencia son exacerbados, la violencia contra la mujer se maximiza”, señala la psicóloga social, al mismo tiempo que explica que ahora la mujer se ha dado a la tarea de exponerse más en la calle, todo comienza desde salir en la madrugada a hacer una cola para adquirir un alimento, son horas y energía vital que se pierde en esa búsqueda, en donde se encuentran maltratos en medio de las filas, insultos por parte de los funcionarios cuando se va a comprar, así como malas caras y respuestas hasta de las mismas personas que a la final facturan los productos. En los casos más extremos se observan peleas entre mujeres, quienes se agreden mutuamente, sin que nadie las detenga, así como también se han registrado rencillas entre mujeres y hombres.
Así mismo se han dado a la tarea de ser quienes lideran las protestas que se llevan a cabo en cada una de las comunidades, bien sea por el gas, bolsas de comida o malos servicios.
Es por ello que observan cómo se incrementa el maltrato en los niveles de atención, considerando así una nueva forma de violencia.
El 52 % de la población venezolana que corresponde a las mujeres es quien está padeciendo a diario esta situación.
En retroceso
Todo ha ido empeorando, señala la especialista, e indica que una mujer antes podía hacer arepas, ahora tiene que pilar el maíz, podía cocinar con gas ahora debe buscar leña y así como esos ejemplos son muchos los que salen a surgir.
“Se acuestan pensando qué se va hacer de comer al día siguiente, cómo obtener los alimentos. Nosotras tenemos tres cargas laborales, la del hogar, la económica y biológica de la reproducción”, enfatiza la coordinadora del Observatorio.
Asegurando que la mujer hoy en día vive con temor, con miedo, rabia, sin posibilidad de vivir un futuro. Anteriormente, ser una profesional de escala IV y V era status, pero hoy en día son sueldos precarios, por lo que se observan más mujeres en la buhonería, de bachaqueras y trabajos informales, labores que no ofrecen una seguridad ni social, ni jurídica, aclara Fernández.
Por otra parte, Delia Mondragón, directora de la Asociación Larense de Planificación Familiar (Alaplaf) indica que las 21 formas de violencia están latentes y activas en la región. Indica que los maltratos dentro del hogar son elevados, pero coincide con la otra especialista al destacar que existe una nueva modalidad y es la de la violencia en los espacios públicos.
“Sería prematuro hablar qué lugar ocupa Lara hoy día en cuanto a la violencia contra la mujer, pero en el 2014 estaba de segundo lugar”, comenta Mondragón.
A la misma vez la dama comenta que se siguen elevando los casos de abusos sexuales, en especial hacia las adolescente y van a la par con la violencia en los hogares, los cuales continúan proviniendo de un miembro de la familia o un conocido.
Ambas especialistas indican que no hay nada que detenga la violencia a pesar de que de cada uno de sus espacios se están realizando trabajos de prevención en escuelas, hogares e instituciones.
Sin cifras
Cabe destacar que las investigaciones que realizan las defensoras de los derechos de las mujeres se ven un poco coartadas porque no poseen cifras oficiales, por lo que deben trabajar con sub registros y esto dificulta sus estudios y por ende las acciones a tomar.
Siguen siendo víctimas
“Ni con el pétalo de una rosa”, es una frase que siempre se escucha cuando se refiere al trato de los hombres con una mujer, indicando que no deben ser maltratadas ni tocadas.
Pero la ola de violencia que se registra en la entidad larense no ha respetado edades, ni mucho menos géneros.
En lo que va de año, según los registros que maneja el Diario EL IMPULSO, por su recopilación diaria de los sucesos, en Lara han muerto de forma violenta 46 mujeres.
Existen dos casos en los que fueron abatidas por cuerpos de seguridad del estado.
Existen otros sucesos en lo que sus muertes fueron de forma accidental, por la manipulación de un arma por parte de otra persona, algunas jóvenes que se vieron involucradas con organizaciones delictivas, las resistencias al robo, y en muy mínimo la ejecución de los crímenes por parte de sus parejas.
Existieron casos de infanticidios en donde las víctimas fueron niñas, una que cayó en manos de sus padres, cuidadoras y un caso bastante atroz como fue la violación y posterior muerte por parte de su padrastro.
Aunque desde las organizadoras que velan por la violencia contra la mujer tienen un registro de 70 mujeres fallecidas.
Son detenidas
Según los jefes de los distintos cuerpos de seguridad que hacen vida en el estado Lara, la participación de las mujeres en hechos delictivos ha aumentado considerablemente en más de 70 % de los casos.
Según explican los uniformados anteriormente su participación se limitaba a ser el señuelo para los delincuentes, pero ahora son activas, pues son ellas las que andan armadas, cometen los asaltos y en ocasiones llegan a convertirse en homicidas.
Pasan de ser cooperadoras a mentes criminales, las que organizan todo los hechos delictivos y hasta las que llevan las riendas de una organización delictiva o son las grandes administradoras de los líderes de dichas bandas.
Dicha situación se evidencia con las aprehensiones que se han realizado a lo largo del año y es que en los operativos denominados Barre Barre, efectuados en la entidad el 70% de los detenidos son mujeres.
Siguen las denuncias
Lo que sí es cierto es que las mujeres no dejan de denunciar, 80 % de las denuncias son recibidas, pero solo el 1 % llega a feliz término según las ONG.
