Barquisimeto recibe el nombre de Capital Musical de Venezuela por la gran cantidad de músicos que posee y sus expresiones culturales, pseudónimo que le fue otorgado cuando en el Festival de la Voz de Oro de Barquisimeto surgieron talentosos cantantes venezolanos.
Esta tierra es cuna de destacados músicos con carrera conocida en todo el mundo, como el maestro Alirio Díaz, Gustavo Dudamel y Aquiles Machado. Evidentemente en cada época surgen prodigios musicales que dejan una vez más el nombre de la Capital Musical de Venezuela en alto.
Entre ese grupo de artistas barquisimetanos destacados sobresale el nombre de David Pedroza, actual director de la Cátedra Latinoamericana de Composición del Conservatorio de Música Simón Bolívar.
Pedroza es oriundo de El Cují, específicamente de la comunidad de Las Casitas. Es un amante de la música que comenzó a incursionar en la guitarra con un grupo de amigos mientras realizaba sus estudios secundarios en el Liceo Juan Bautista en Tamaca y a su vez participaba en el coro de la zona con el Padre Tadeo.
A pesar de que el ambiente en el cual se envolvía no estimulaba mucho a los estudios de la música, ya que en la zona es común ver que algunos jóvenes se enfocan en el camino de la delincuencia o las drogas (aunque Pedroza asegura que para su época de estudiante no era una situación tan pronunciada como en la actualidad), el artista considera que fue su motivación interna y su impulso individual lo que lo llevó a formarse en el ámbito musical.
Para la edad de 21 años, Pedroza comenzó sus estudios de música en el sistema de adultos, dentro de las aulas del Conservatorio Vicente Emilio Sojo, en donde se instruyó en el canto lírico, violonchelo, guitarra clásica y composición. A su vez se dedicaba a su especialidad Educación Musical en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).
“Tenía que dedicarle tiempo a mis estudios, a la composición y a su vez trabajar en una escuela y dar clases. No fue sencillo y fue un momento lleno de sacrificios, pero era la única forma de alcanzar mis metas”, expresó Pedroza.
Para el año 2004, el maestro José Antonio Abreu, fundador del Sistema de Orquesta, dictaba unas clases de composición en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo, en donde se convirtió en el mentor de Pedroza y para el año 2008 lo invitó a formar parte de la Cátedra Latinoamericana de Composición.
No obstante, no fue hasta el año 2011 cuando Pedroza, luego de finalizar sus estudios universitarios, se trasladó hacia la ciudad de Caracas para debutar como director dentro de la cátedra.
Es importante destacar que la cátedra fue creada en el seno de la Universidad Simón Bolívar, bajo la dirección del maestro Blas Emilio Atehortúa, como parte de un programa de extensión del conservatorio que tiene la finalidad de estimular, promover e impulsar la composición de nuevas obras.
Actualmente el programa está conformado, en alrededor, por 60 estudiantes, entre niños y jóvenes, a quienes les han instruido acerca de la composición contemporánea, la cual abarca un gran número de técnicas como el modernismo, el serialismo dodecafónico, la atonalidad, un mayor número de disonancias sin resolución, la complejidad rítmica y la música neoclásica. En la cátedra se hace énfasis a un periodo histórico desde el siglo XX, y tienen como mayor inspiración al compositor Olivier Messiaen, el director Ígor Stravinsky, el compositor argentino Alberto Ginastera y el compositor mexicano modernista Silvestre Revueltas.
Pedroza relata la envergadura de impartir las doctrinas culturales en sus diferentes aspectos hoy en día dentro del país. “Las escuelas culturales han sobrevivido durante largos años y ellos tienen un gran compromiso con lo que es el futuro de la composición del país y Latinoamérica”, profundizó Pedroza.
Enfatizó en que la Cátedra Latinoamericana de Composición busca romper el paradigma del aislamiento del compositor dentro del gremio de músicos, y en ese sentido, la apertura a colegas de otras partes del continente, así como el impulso de mostrar sus trabajos han sido parte de sus estrategias.
El joven de 36 años tiene proyectado, posteriormente, trasladar la cátedra hacia San Juan de los Morros y a su tierra Barquisimeto. “Es impresionante la importancia e inversión que le dan en el país a este tipo de estudios. El sistema de orquesta tiene un núcleo casi que en todos los pueblos del país y lleva una labor titánica que ojalá el resto de las artes puedan imitar”.
