Una madre le dice al hijo que se vaya de su casa, que es una vergüenza. La razón: besó a un hombre.
La escena es de «Desde allá» del cineasta venezolano Lorenzo Vigas, una captura de la realidad de su país y de la mayoría de América Latina, donde la homofobia es aún una enfermedad crónica.
Esta ópera prima, que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia 2015, busca entrar en las nominaciones al Óscar a mejor película extranjera.
«Hay una sociedad que espera que el hombre asuma su condición de macho, y hay una carga, un peso sobre los hombres de asumir esa condición de líder», explicó Vigas, de 49 años, en una entrevista con la AFP en Los Ángeles.
La película cuenta la turbulenta relación entre un perturbado hombre de clase media alta de 50 años -Armando, interpretado por el chileno Alfredo Castro-, que ofrecía dinero a muchachos para que lo acompañaran a casa, y el joven delincuente Elder (Luis Silva), que rompe esquemas estéticos, dejando mucho a la imaginación salvo por una intensa escena de sexo.
«La relación tiene de todo, todo lo imaginado, desde el rechazo, hasta el amor verdadero, padre-hijo, prostituto-cliente», subrayó Castro, también presente en la entrevista.
La película sin música, marcada por el ritmo lento, los silencios y contrastes entre un mundo íntimo árido y otro externo vital, se estrenó en Venezuela en septiembre y un par de meses antes en Estados Unidos.
«No me quita el sueño»
Ochenta y cinco países presentaron películas para la consideración de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense en la categoría de «Película en lengua extranjera», incluidas 14 latinoamericanas.
«Lo que uno quiere es que la gente vea la película y si es nominada garantiza que la película se verá no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo, entonces claro que me encantaría», indició Vigas.
Aunque el anuncio «no me quita el sueño», aclaró no obstante.
Además de «Desde allá», producida por el guionista mexicano Guillermo Arriaga, destacan dos películas con el mexicano Gael García Bernal, una sobre el cruce ilegal a Estados Unidos desde México y otra sobre el poeta chileno Pablo Neruda, en la que también trabaja Castro.
Una preselección de nueve se hará antes de anunciar los cinco nominados el 24 de enero. Dos películas latinoamericanas han ganado un Óscar, ambas argentinas: «La historia oficial» en 1986, y «El secreto de sus ojos» en 2010.
El productor estadounidense Mark Johnson, ganador del Óscar por Rain Man (1988), «me dijo que en América Latina es donde se hace el cine más interesante y a mí no me cabe la menor duda», lanzó Vigas, que fue jurado este año en Venecia.
Pero el financiamiento es difícil y depende casi siempre del Estado, y en Venezuela por ejemplo, producto de la profunda crisis económica que enfrenta, las ayudas han bajado considerablemente.
Además, cambios en la cúpula del ente estatal del cine, hasta ahora autónomo, generan preocupación entre los cineastas nacionales.
«Yo tuve suerte de que filmé con libertad, nadie se metió con la historia. Ojalá podamos decir lo mismo el año que viene, tengo mis dudas», señaló Vigas, que esperaba con su película «hacer hablar a la gente» sobre estos temas.