Ya casi resultan exterminados Los Bachacos. Solo quedaría uno que otro de menor jerarquía, regado entre Humocaro Alto, Humocaro Bajo, El Tocuyo, Quíbor, Chabasquén (estado Portuguesa) y Carache (estado Trujillo), según develaron las autoridades.
Es por ello que, tras la caída del líder de El Bachacho en la capital del estado Sucre, este jueves, en el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) en Lara, están decididos a desintegrar la banda por completo.
Ya está en marcha el golpe final que dejaría inoperante a este grupo dedicado a la extorsionar, secuestrar, robar, matar y traficar drogas: dar con Alfredo José Pérez, alias El Guariquito, quien estaría a la cabeza de la organización después de la muerte de Ruperto de Jesús Saavedra (40).
Más de seis meses duraron los efectivos militares de inteligencia tras la pista de uno de los hombres más peligrosos de la entidad larense, quien estaba solicitado desde el 2012 por homicidio, extorsión, robo genérico, porte ilícito y por fugarse de la cárcel de Trujillo.
Ubicarlo no fue sencillo, pues cambiaba de teléfono constantemente y estaba bien asesorado, develó una fuente vinculada a la investigación.
Sin embargo, notaron que últimamente su esposa viajaba constantemente a Cumaná y les pareció sospechoso.
Luego, supieron que El Bachaco tenía planes de expandir su radio delincuencial y para ello contactó a peligrosos criminales de otras regiones.
Primero tocó la puerta de El Tren de Aragua, pero “no lo quisieron”. Posteriormente, buscó apoyo del hombre más buscado en Sucre, El Negro Malo, quien lo colocó bajo su protección.
No obstante, este hampón poco pudo hacer cuando una comisión especial de aproximadamente ocho funcionarios del Conas-Lara lo abordó en el barrio Brasil, al oeste de Cumaná.
En el sitio se encontraba El Negro Malo, quien logró huir en el intercambio de disparos. Con la misma suerte no pudo correr El Bachacho, a quien hirieron en la región pectoral en cuatro ocasiones.
Se supo que durante el intercambio de disparos, Saavedra hirió a un vecino que caminaba por la zona y se encontraba detrás de los efectivos que actuaban. Se llamaba Roger José Zapata y era sordomudo.
No llamaban desde una cárcel
Más de 50 denuncias en contra de El Bachaco registra el Conas larense desde el 2012, aunque con su liquidación las autoridades esperan que aparezcan más y que se esclarezcan los casos en los que se hacían pasar por él.
Se creía que las llamadas extorsionadoras en nombre de la banda salían desde el penal de Trujillo; no obstante, se supo de fuentes militares, que éstas tenían un intermediario en dicho recinto pero se originaban desde las guaridas de operaciones.