En la mañana de ayer, una vez más fue obstaculizada la calle 42 por trabajadores de la economía informal, quienes realizan estas acciones de calles para exigir ser reubicados a sus puestos de trabajos. En esta ocasión acompañados por miembros del Concejo Municipal de Iribarren.
El concejal Jesús Superlano manifestó que el alcalde Alfredo Ramos una vez más atentó contra el derecho al trabajo y no cumplió con lo dictado en el tribunal, lo cual es la reubicación digna de los trabajadores informales de la calle 42, e inclusive, aseguró, que amedrenta al enviar al síndico municipal y a sus “secuaces” a maltratar a quienes realizan estas protestas pacíficas.
Son más de 400 los vendedores que perdieron su fuente de ingreso hace siete meses cuando fueron desalojados “arbitrariamente” por parte del alcalde. Superlano relata que a ese grupo de afectados, a lo largo de estos meses, se les ha hecho imposible hacerce cargo de la educación de sus hijos, la compra de útiles y ahora no podrán adquirir los estrenos de sus familiares o regalos en esta época decembrina.
“Acá estamos nosotros como concejales escuchándolos y apoyándolos porque creemos que a Alfredo Ramos se le olvidó de donde viene y creemos que esta es la gente más humilde y más desposeída que de una u otra forma son hombres y mujeres trabajadores que lo que quieres es llevar el sustento a su casa”, expresó.
En ese orden de ideas, Henry Zavaleta, vocero de los trabajadores de la economía informal detalló que han cumplido cabalmente con la ordenanza de no ocupar las aceras de la avenida y esperan que el alcalde atienda sus necesidades y les dé la cara. “Él solo nos manda a hablar con sus títeres Diego Mendoza, director de la alcaldía y el señor Guiomar Rojas. Hemos tenido cientos de reuniones infructuosas en las cuales no llegamos a ningún tipo de acuerdo”.
Igualmente Zavaleta denunció que Ramos envió una comisión a amenazar a los dueños de los depósitos donde los buhoneros guardan su mercancía, para que los desalojaran de los almacenes y de esa manera se trasladaran a un terreno que habilitó el alcalde para ellos.
Sin embargo, aquel terreno tan solo cuenta con unos 90 puestos de trabajo, los cuales no dan abasto para los 400 trabajadores de la economía informal que quedaron desempleados. Igualmente el espacio no tiene servicio de electricidad y agua, y las estructuras de metal tienen agujeros por los cuales entra la lluvia, lo que podría dañar la mercancía de cualquier vendedor.
“Permaneceremos en las calles con todos nuestros hijos y esposas, lo que pase señor alcalde será culpa suya. Usted se pasa diciendo que nosotros nos morimos de hambre pero no dice que fue usted que nos puso a pasar trabajo”, vociferó Zavaleta.
Por otro lado los buhoneros denuncian que han sido víctimas de maltrato por parte de la Policía Municipal, quienes amedrentan a un grupo de personas trabajadoras que salen todos los días a buscar maneras de llevar el sustento a su hogar de manera digna.
“Deberían es ocuparse de ir a los barrios a buscar malandros no de nosotros. Se la pasan aquí es quitándonos el maíz para venderlos ellos, a los mototaxistas los multan y cualquier cava la revisan a ver qué consiguen”, indicó Juan Carlos Colombo, vocero.
Yohana Mejías es una vendedora ambulante la cual mantenía a sus dos hijos menores y hermana con discapacidad a través de los recursos que obtenía con su puesto de trabajo. Detalló que han sido meses difíciles en los cuales ha tenido de dejar de comer (al resolver tan solo con pan y agua) para alimentar a sus hijos, pero incluso no ha sido suficiente. “Mi hijo de siete años perdió siete kilos, temo por la salud y seguridad de los pequeños”, indicó la madre desesperada mientras lloraba.