En la búsqueda de explicaciones acerca de la dinámica de las organizaciones, van apareciendo cada día aproximaciones desde ópticas propiamente distintas al caso específico de la gerencia, administración o gestión, para tratar de entender mejor, qué ocurre en la realidad. En los círculos científicos, se da por descontado una afirmación cada vez más reconocida: vivimos en una sociedad organizacional, ergo la sustentabilidad de las mismas dependerá del manejo que hagamos de ella.
Años atrás, los catedráticos españoles J. Fernández Aguado, M. Urarte y F. Alcalde, publicaron el texto Patología en las Organizaciones (2008, Editorial LID), cuyo estudio parte de la premisa de considerarlas como un organismo humano.
El caso de Ipstaucla. Esa patología es manifiesta a través de rasgos que tipifican una especie de diagnóstico clínico que: primero, se obtuvo de la opinión que manifestamos los asistentes a la reunión realizada en la sede social, en ocasión de tratar la problemática en cuestión, en presencia de directivos del instituto; segundo, se constata con el paso del tiempo que no se han tomado las medidas conducente a mejorar dicha situación o, si se quiere, el tratamiento de la enfermedad no ha sido efectivo, toda vez que los síntomas del paciente revelan agudización de la crisis; tercero, ¿podemos dudar del desenlace, a costa de prolongarlo?
En materia de Previsión Social se percibe, por ejemplo, que hay: Desmejora en el Servicio de Atención Médica Especializada Externa, referida a la atención médica cancelada con órdenes de remisión, debido a que cada día son menos los especialistas que reciben pacientes del instituto por el costo de los servicios y aunado a ello, demoras en la cancelación por parte del Instituto. Falta de Reactivos en el Laboratorio. Fallas en los equipos de Odontología, lo que conlleva a que la atención de pacientes se posponga hasta por meses. Consultorios inoperativos en ciertas horas del día, que pudieran aprovecharse para aumentar la atención de pacientes. Falta de un Gerente Médico que se encargue del buen funcionamiento de los Servicios Médico-Odontológicos. Escasa iniciativa para procurar métodos de contratación de servicios bajo relaciones de ganar-ganar y así afectar lo menos posible el presupuesto del Instituto. (Ecografia, Dermatologia, Psicología, Periodoncia, Cirugía Bucal entre otros). Deterioro progresivo de las relaciones entre los directivos y los empleados del instituto. Desarticulación y diferenciación entre un personal que labora en una misma sede y que pertenecen a tres (3) organizaciones gremiales que fueron fundadas bajo un mismo y noble propósito. Incluso llegó a ser modelo para otras instituciones similares que se crearon en universidades posteriores a la nuestra. Está en la Historia Clínica.
¿Qué tenemos? Apendicitis, hemiplejia, artrosis, miopía, sordera, desánimo, esquizofrenia. ¿Será que traduce una ceguera recurrente que se agudiza y pone en peligro la supervivencia de la institución? Hay un valor oculto, no percibido, una fortaleza. Los profesores somos parte de Apucla, Capucla e Iospucla. Recientemente se eligió una nueva directiva del Consejo de Profesores de Jubilados de la UCLA. Colegas con una experiencia valiosa en el ámbito académico y gremial, con quienes comparto su preocupación por la situación planteada. Somos una opción para el diálogo y el tratamiento adecuado. Del texto citado, apuntamos la siguiente reflexión: “Las personas y las organizaciones más sanas no son las que nunca han padecido una enfermedad, sino las que han desarrollado un adecuado sistema inmunológico para superar infecciones y crisis”.