Los miembros de la comunidad Caseteja ya tenían más de tres meses sin recibir el servicio de gas en su zona. Ellos al notar que en el resto de la región las comunidades protestaban para que los camiones se dirigieran a llevar las bombonas, decidieron que era hora de actuar, ya que estaban cansados de cocinar con leña, la cual ya incluso a veces ni se consigue o se daña con las lluvias.
A las 9:30 de la mañana del día de ayer fue cerrado el paso vehicular en la autopista Andresote Cimarrón, cuando este grupo de manifestantes obstaculizó la vía con sus bombonas de gas mientras se agarraban de las manos para efectuar una cadena humana.
Alrededor de las 10:00 de la mañana un piquete de la Guardia Nacional se apersonó a dialogar con los manifestantes y llegaron al acuerdo de despejar la vía cada diez minutos mientras llegaba el camión con las bombonas de gas. No obstante, posteriormente se acercó la Policía de Yaracuy y disolvió la protesta de forma agresiva.
“Ya estábamos cansados de efectuar mesas de diálogos, en todas nos prometían que nos iban a resolver y así pasaban los días y la semanas, vivíamos en un engaño y nos cansamos de que no nos enviaran nada”, expresó Kimberly Paradas.
Relató que los funcionarios de la Policía de Yaracuy llegaron y comenzaron a agredirlos para quitarlos de la vía. “Cuando llegaron las féminas nos lanzaron a todas las mujeres contra las gandolas, con empujones y jalándonos el cabello; mientras que los funcionarios hombres golpeaban a nuestros hermanos, esposos y familiares, nos trataron a todos como unos delincuentes”.
Norelys Parra aseguró que los funcionarios de seguridad les indicaron que estaban obligados a quitarlos de la vía como fuese porque cometían un delito, que tenían permitido protestar con pancartas sin violentar el libre tránsito; supuestamente seguían los lineamientos de la alcaldesa del municipio Peña, Shirley Romero, quien había manifestado que “a todos los guarimberos nos los llevaremos presos”.
Las protestas por gas en su mayoría finalizan cuando el camión que transporta los cilindros llega a la comunidad o cuando los funcionarios de seguridad establecen acuerdos, sin embargo en esta ocasión la manifestación finalizó con seis detenidos (tres fueron trasladados a la comisaría de Casejeta y el resto hacia Urachiche), el robo de seis bombonas, supuestamente por parte de los policías y un gran número de manifestantes heridos y golpeados, incluso en las estadísticas entró un menor de edad que fue agredido por un sargento.
“Vienen a quitarnos porque cometemos un delito pero lo hacen a las patadas. En mi caso fui golpeado y me robaron dos bombonas de gas, tranquilamente la montaron en su patrulla y no podíamos hacer nada porque estaban cargando sus armas”, expresó un ciudadano que no quiso ser identificado.
Por otro lado, Starlin Barreto, un joven de 22 años que se encontraba junto a su madre en la protesta que había iniciado pacíficamente, fue golpeado por más de seis funcionarios quienes lo esposaron y se lo llevaron preso. Barreto relató que los golpes hicieron que se cayera al piso donde los policías comenzaron a patearlo y uno lo apuntó con un arma en su cabeza; al momento que lo soltaron fue trasladado a un ambulatorio de la zona donde fue atendido.
“Yo pensé que iban a matar a mi hijo, un guardia gritó que le dispararan y yo no hacía más que llorar y pedir que me explicaran qué sucedía o qué habíamos hecho”, vociferó Yajaira Barreto, la madre del agredido.