El Presidente de la República, Nicolás Maduro, no puede hablar de que las conversaciones entre el Gobierno y la oposición se desarrollarán en diciembre, enero, febrero, marzo y hasta que se consolide el diálogo, porque la fecha límite tiene que ser fijada por las partes en forma consensuada.
Así lo expresa la Dra. Nelly Cuenca de Ramírez, experta en materia de diálogo y directora del Centro de Resolución de Conflictos del Colegio de Abogados del estado Lara, al ser entrevistada por EL IMPULSO.
En su opinión ninguna de las partes puede decidir hasta cuándo se va a conversar, porque las bases del diálogo se establecen de mutuo acuerdo.
Considera que el problema más delicado que se ha venido presentando en nuestro país es que no ha habido confianza entre las partes y, en consecuencia, esa circunstancia atenta contra su desarrollo.
Otra de las observaciones que hace es sobre la forma en que fue redactado el documento, ya que en lo que respecta a la Mesa Democrática de la Unidad lo suscribió al final de la reunión.
Eso no es conveniente, porque una vez que se realizan las conversaciones y se hacen los planteamientos, estos tienen que ser sometidos a enfriamiento, para que una vez hecha la consulta de los representantes a los factores que conforman la Unidad, se puedan aceptar o no.
En este sentido al haber aceptado que la crisis económica es consecuencia de un boicot, claramente se está apoyando el criterio que ha venido desplegando el Ejecutivo Nacional sobre una supuesta guerra económica.
Quien tiene que ceder en el diálogo debe ser el Gobierno como responsable de la crisis.
Es por ello que tanto la Iglesia como diversos sectores de la vida nacional no se sienten satisfechos porque no se han producido los resultados esperados en las conversaciones.
Cedió la oposición, como han dicho voceros de la misma, en el curso del referendo revocatorio, la movilización de los ciudadanos y en el juicio político de Nicolás Maduro; pero, el Ejecutivo Nacional no ha respondido a los compromisos que asumió.
Para la doctora Cuenca de Ramírez el diálogo tiene que producir resultados que realmente satisfagan las expectativas.