Sigue el momento dulce de Lara

Siempre hay algo diferente. Cardenales ganó anoche con una jugada de apelación un largo encuentro de tres horas 52 minutos. Cade Gotta no repisó la segunda base en su regreso a la inicial y allí culminó un choque de veinticinco hits y sólo siete carreras. Lara bateó mucho, catorce de esos inatrapables, pero le costó carburar porque el bando insular facturó tres jugadas de doble out. El pitcheo, sin embargo, fue el sostén para frenar a un club cuyo corazón ofensivo, Valera, Mayora, Noriega, largó siete de sus once cohetes. Raúl Rivero transitó por campo minado en otra apertura de calidad. Bravos le sonó indiscutibles en todos los innings, pero con su experiencia siempre encontró el pitcheo para los outs importantes. Su recta cortada fue gran aliada, no dio boletos y ponchó a ocho, ratificando la consabida consistencia en un circuito al cual le tiene la medida tomada. Jesús Parra, revelación de los crepusculares, salvó su tercer encuentro en los últimos cuatro compromisos de la plantilla barquisimetana. Dio un boleto después de un out, pero logró retirar en tres y dos a Francisco Díaz, y la jugada de apelación le puso finiquito a un partido extenuante. Llegó Paulo Orlando y trajo suerte con rendimiento. Pegó tres indiscutibles y brilló como de costumbre en el jardín central. Lo colocaron allí seguramente para darle más turnos y aprovechar su conocida habilidad. Cardenales tronó hits en todos los episodios salvo el noveno. El pitcheo, con excepciones puntuales, sigue siendo el bastión en medio del importante repunte que se nota en el ataque. Sacar una segunda victoria en la isla será una buena noticia para un elenco que pasa por su mejor momento de la temporada.