Ustedes son una gran masa de ciudadanos que contribuyen al desenvolvimiento del quehacer diario y de la paz de una sociedad y es por eso que deben estar unidos en lo bueno; ambos deben ceder en sus posiciones ante convenios mutuos en relación al pasaje estudiantil y lograr equidad en el resultado final. El gobierno debe subsidiar a ambos en la medida de las posibilidades y es deber tener conversaciones o diálogos serios, respetuosos y cumplir los acuerdos, si se dan.
El buen transporte es vital en un país y reflejo del mismo (incluyendo en este aspecto el precio justo para todos, repuestos suficientes, flota adecuada de vehículos de variados estilos y sobre todo los de servicio público como los de transbarca o trolebuses, nuevas rutas dentro de las ciudades y accesibles en varios puntos, vías de tránsito en buen estado, eficientes institutos, alcaldías o gerentes entre otras prioridades).
Un país puede paralizarse en cualquier momento por una crisis o conflicto en el transporte o por un estallido estudiantil generalizado. Este detalle en estos tiempos de crisis económica y de incertidumbre evidente, no debe ser despreciado por el gobierno o politiqueros de turno en ningún momento, porque por ahí puede saltar la liebre y explotar la olla de presión existente en Venezuela, con las consecuencias trágicas de daños materiales y sangre en las calles.
Mi apoyo irrestricto a los estudiantes en sus luchas para conseguir el buen transporte , comedores y becas estudiantiles en las universidades; con sus bríos constantes en una lucha de calle permanente que no debe de cansarlos para lograr sus objetivos, eso sí, nada de máscaras o violencia callejera y a los enmascarados, bandidos, encapuchados, ocultos, disfrazados, disimulados y cobardes, retírenlos con su palabra o convencimiento; simplemente canalicen el miedo y no entorpezcan el derecho al libre tránsito de los demás, pero mantenerse en las calles es la constante en estos nuevos tiempos de cambio, alianzas para el progreso y justicia, acciones por la democracia y sin descartar socialismos democrata-cristianos revolucionarios verdaderos.
No caigan en la violencia provocada por grupos infiltrados o por los entes represivos del gobierno; acordarse de que el mal y las emboscadas están en las esquinas, con el propósito que siga el caos y que ustedes sean carne de cañón. Con estrategia adecuada, prudencia y sin pasiones políticas o ideológicas, pero con la verdad por delante, su fuerza, causas y número se vera y oirá en Venezuela. Transportistas y estudiantes tienen un poder escondido, el que creo puede ayudar al país y poner un granito de arena para contribuir con la lucha política, pacífica y social a mejorar la situación existente.
Al margen de toda esta lucha, estudiantes no dejen los libros y cuadernos, ni la academia, ni de cumplir sus deberes como estudiantes, no pierdan un minuto de tiempo, aprovechen el mismo en estudiar, leer y obtener el mayor conocimiento posible (Proverbio: “el poco conocimiento es peligroso”), no se paren, ayuden en la lucha a sus profesores y maestros; que si se les unen la fuerza será mayor. Profesores sean flexibles con sus alumnos en tempo y espacio para continuar la lucha que se empieza. En la unión está el poder de la fuerza. Los estudiantes “comunistoides” que hay en todos lados, carreras y universidades son los primeros que deben luchar por todas estas causas, reinvocaciones, reivindicaciones. Un gobierno que los quiera debe complacerlos a todos, no solo en la cantidad a recibir en sus aulas sino en la calidad al egresarlos y de tener todos los servicios esenciales y básicos para un buen vivir como estudiantes, “ahora y por siempre” y “sea como sea”. “Sin balas, con votos o sin votos”.
Yo he vivido, visto y oído lo que es ser estudiante y las penurias que se pasan en ese camino para culminar una meta, un fin, un término, un resultado previsto.
Fuerza, fe, constancia y trabajo es la constante de hoy y siempre.