El 25 de noviembre es el día de la lucha contra la violencia a las mujeres. Las Naciones Unidas acordaron esta conmemoración internacional al recuerdo de las heroínas dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, asesinadas por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Venezuela tiene en su historia patriotas que dieron su vida por la independencia. Luisa Cáceres de Arismendi y Ana María Campos están inscritas en la memoria nacional. Pero también en la historia reciente hay nombres en esa galería de mujeres valientes que fueron heridas en su dignidad o que ofrendaron sus vidas por la libertad contra las dictaduras de Pérez Jiménez, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Ellas son Isabel Carmona, Argelia Laya, Olga Luzardo, María Corina Machado, Marlene Larrea de González y Elinor Montez que conocieron las tres primerascárceles y las tres últimas la agresión y golpes en el parlamento y en la calle.Peor suerte tuvo Geraldine Moreno, que murió asesinada por un hecho aún no esclarecido del todo, donde hasta estuvo implicada una mujer militar de dudosa nacionalidad.
En el plano internacional siempre serán recordadas las primeras ministros Indira Gandhi y Benazir Bhutto de India y Pakistán asesinadas por fundamentalistas en sus países. Ángela Merkel, Canciller de Alemania, insultada por Chávez al llamarla nazi, ofreciéndole después excusas en Lima.
El tema es de actualidad no solo por la fecha antes mencionada, sino por la violencia sufrida en segunda vez por la Alcaldesa de Maracaibo Eveling Trejo de Rosales, atropellada ella, su madre y su hija por la Guardia Nacional de la dictadura venezolana, al impedírseles el acceso a la Misa Pontifical en honor a la Patrona del Zulia, la Virgen de Chiquinquirá, el pasado 18 de noviembre.
Frecuentemente a la soldadesca civil del régimen y al propio mandatario, se les oye decir hipócritamente “con las mujeres no se metan”. Esa farisaica vocería es solamente para defender a las defensoras del autoritarismo en el poder. Las otras no cuentan. No importa las que pasan horas en las colas para comprar comida, las que ven morir a sus recienacidos por desnutrición o falta de medicinas, las que lloran el maltrato a sus hijos estudiantes o las que despiden en los aeropuertos hijos que se van al exterior porque no consiguen trabajo.
La agresión a Eveling tuvo rápida solidaridad de los que asistían a la ceremonia religiosa al pitar varias veces al Gobernador Arias Cárdenas, a la Guardia Nacional o aplaudir al Arzobispo de Maracaibo y al Obispo de San Felipe cuando aludían a la triste realidad por la que atraviesa el pueblo venezolano. Cuánta razón tenía De Gaulle al decir que “los fascistas no son todos ladrones y violentos, pero los ladrones y violentos son todos fascistas”.