La bienvenida que da Siquisique es un terrible hedor, la avenida que da entrada al pueblo, llamada Hugo Chávez, en honor al difunto presidente, parece tener un legado para nada positivo debido a la cantidad de aguas servidas que se comienzan a ver desde ese punto.
De ahí en adelante la situación no es mucho mejor y esto se evidencia en la avenida 5, en donde se centra la problemática desde hace un mes.
“Todo el año hemos estado con este problema y no se ve afectada solo esta zona sino todo el pueblo por el colapso de las cloacas”, expresó Florimar Pérez, una de las principales voceras de esta situación.
Los llamados e incluso visitas a Hidrolara han dejado de surtir efecto. Durante el primer inconveniente que se tuvo un grupo de afectados se vio en la obligación de secuestrar algunos vehículos de la empresa para así llamar la atención y lograr que se solventara el problema, pero el mes pasado se volvió a suscitar.
“Estas son tuberías que datan de 1967”, explicó una de las habitantes. Asimismo señalaron que también quienes hacen vida en Siquisique tienen cierta responsabilidad, pues al generarse las fuertes lluvias, hace algunas semanas, se abrieron las bocas de visita de las tuberías y una gran cantidad de desechos contribuyeron al colapso.
Pantalones, potes y demás desperdicios se pudieron visualizar en el momento en que se suscitó el hecho; algo que además les genera una enorme preocupación, debido a que las aguas negras están desembocando en el río Tocuyo.
Si bien una comisión de Hidrolara se apersonó en el lugar para solucionar el problema, ha ido pasando el tiempo y no se tienen hechos que beneficien a la población, por el contrario, permanecen perjudicados con los malos olores que han generado diferentes enfermedades, según explicaron los afectados.
Para el pesar de los siquisiqueños, estos sienten que son “hijos de nadie”, debido al “abandono” de parte de las distintas autoridades gubernamentales.
Las blancas escasean
En el mes de junio se presentó el detonante con relación a las aguas blancas; desde este entonces al menos 60 mil ciudadanos que hacen vida en el municipio Urdaneta y especialmente en Siquisique no cuentan con el servicio de manera continua.
José Ángel Morales, activista dirigente de Voluntad Popular, ha sido uno de los principales denunciantes de la problemática, debido a que ningún organismo se hace cargo.
“Hidrolara dice que corresponde a Corpoelec y Corpoelec dice que a Hidrolara. Se les hace un llamado a ambos organismos a que se reúnan y le resuelvan el problema a los miles de afectados”, señaló.
Constantemente los ciudadanos deben aportar parte de sus salarios para comprar pipas de agua a 3 mil bolívares, mientras que un camión cisterna cobra 12 mil bolívares; además de esto se encuentran las llamadas “mafias”, quienes llegan a solicitar dinero cuando los siquisiqueños acuden a llenar sus propios recipientes.
La triste realidad del pueblo es que no sienten un respaldo de parte de sus propios gobernantes y son pocos los ciudadanos dispuestos a denunciar, por lo que consideran necesario que se le preste mayor atención a la entidad.