El poblado de San Javier, vía a Guarataro del estado Yaracuy es epicentro, desde hace 30 años, de investigaciones agrícolas que benefician a la nación con la Fundación Danac. Allí, los rubros maíz, soya y arroz tienen sus espacios que se consolidan a diario con el aporte de un personal altamente capacitado que cree en Venezuela, en lo hecho en casa.
Junto a Alimentos Polar, organización que promueve acciones para consolidar el sistema agroalimentario, Danac -durante tres décadas- ha ofrecido importantes aportes en materia de tecnologías y métodos empleados en el campo. A propósito de su aniversario, plantea una serie de actividades en beneficio de sus trabajadores y comunidades aledañas.
El 2017 lo iniciará con unas jornadas técnicas científicas, donde se compartirán conocimientos sobre los rubros investigados en la institución. El 26 y 27 de enero son los días previstos para este encuentro. Desde enero hasta noviembre, realizarán jornadas deportivas entre empleados de Danac, Alimentos Polar y sectores vecinos. Asimismo, a partir de febrero habrá jornadas culturales que se extenderán hasta agosto, para dar paso en septiembre al bautizo del libro histórico de la fundación.
En visita realizada al Danac por los medios de comunicación social de Centroccidente, Juan Raúl Salas (gerente general) y Jesús Alezones (gerente de investigaciones), dieron a conocer los procedimientos realizados en las investigaciones que desarrollan.
Un recorrido por las áreas donde hacen experimentos con maíz y arroz, permitió conocer, de mano de especialistas, el proceso investigativo que ejecutan en función del mejoramiento genético de cada rubro.
“Durante estos años hemos desarrollado alternativas tecnológicas (…) creamos variedades que ayudan al agricultor a tener una mejor cosecha”, comentó Alezones.
Con el fin de dar respuestas a las necesidades de la nación, Danac realiza “programas de generación de alternativas tecnológicas que contribuyen a la mejora de la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios de arroz, maíz y soya”, para minimizar las importaciones.
En ese sentido, la producción agrícola se ve fortalecida, así como la calidad de alimentos y las competencias organizacionales.
-El mejoramiento genético en los rubros de arroz, maíz y soya persigue obtener cultivos mejorados, con características que satisfagan las necesidades de los agricultores, la agroindustria y los consumidores. Fundación Danac aplica diversas estrategias y métodos de mejoramiento, partiendo del manejo del banco de germoplasma así como ensayos realizados en las principales zonas productoras de los cultivos, reseña Danac.
Cinco variedades de arroz de alta calidad se han creado en Danac en los últimos diez años, lo que ha permitido la producción de 109 millones de kilogramos de semilla certificada, equivalente al 54 % de la superficie sembrada.
Desde 2012, el 73 % de la semilla que se certifica en Venezuela es desarrollada por la fundación, lo que “nos hizo pensar que de cuatro cucharadas de arroz nacional consumidas, tres son de una variedad nuestra”, que no por casualidad están en esos espacios, sino porque tienen un mayor rendimiento en campo, resisten a cantidades de enfermedades y no tienen ningún problema a nivel industrial-consumidor.
Destacó Alezones la “obtención de 15 híbridos y ocho variedades de maíz de alto rendimiento agronómico e industrial autorizados por la Comisión Nacional de Semillas (Conasem)” y de tres variedades de soya tropicalizadas en el país.
Aporte en tiempos de crisis
Alimentos Polar a través de Danac planteó un plan de autoabastecimiento en maíz blanco y arroz paddy en un lapso de tres años, pues “necesitamos en el país 1.500.000 kilogramos de maíz blanco, solo para la producción de harina precocida. Estamos haciendo lo necesario para dar la semilla de la semilla, pero necesitamos el aporte de las empresas de semillas, asociaciones de productores para finalmente convertir la meta en algo posible, y evitar que Venezuela gaste divisas en comprar alimentos afuera, cuando podemos producirlos aquí y generar beneficios al campo”, resaltó Alezones. Con respecto al programa, Salas aseguró que “tenemos en Venezuela la capacidad de producir semilla genéticamente comprobada”.
Destacó que sus propuestas están articuladas con las universidades públicas y privadas, además del INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas), Agropatria y otras empresas.
En el caso de maíz, se estima que hay 5 % sembrado, pues hay un alto uso de semillas importadas.
Además de esta situación, cuando se planteó el programa, se hizo el llamamiento a los productores para que se unieran en gran cantidad a fin de producir semillas nacionales.
“En el caso de arroz existe una amplia gama de productores apostando por la semilla local. Con relación a la de maíz, esa amplia gama que existía hace diez años, se ha ido a otros rubros”, dijo Salas.
-Hemos tenido un aporte de la gente de Agropatria Semillas, quienes se comprometieron a producir una buena cantidad, pero no ha tenido resultados favorables, aunque se está insistiendo.
Lo nuevo
Desde hace seis años, se ejecutan novedosos sistemas en los rubros arroz y maíz, que buscan ofrecer alternativas a los productores.
En el Programa de Desarrollo de Tecnología de Maíz, se hacen estudios de acuerdo al trópico (morado, ceroso y cotufa), para zona de pigmentos y exportación. A esto se le suman el ceroso o waxy, “utilizado por la industria de molienda húmeda y que genera productos de uso industrial (espesantes, pegamentos,medicinas, entre otros)”.
Igualmente, hay adelantos sobre el arroz especial tipo bomba, dasmati (aromático) y arboris, que vendrían a satisfacer la demanda de los consumidores.
