El Tribunal Supremo de Justicia debe sentarte en la mesa de diálogo en vez de actuar como ácido disolvente de acuerdos, convertido en un fusil que dispara a mansalva contra quien actúe distinto a los intereses de Nicolás Maduro, criticó Henry Rosales, secretario general del partido político Movimiento Progresista del estado Aragua.
El dirigente regional consideró que la instancia de negociación entre el gobierno y la oposición es boicoteada por factores que sirven como instrumentos de dilación y así el Ejecutivo puede deshacerse de algunos compromisos adquiridos.
Rosales señaló que en Venezuela existe una nueva norma para la evolución de los acontecimientos, donde las decisiones que se toman desde el TSJ como órgano supraconstitucional, prohíbe a los ciudadanos manifestar o alentar protestas contra funcionarios, que a su criterio son intocables y tienen patente para desvirtuar el futuro y devenir político.
En materia de la desincorporación de los diputados de Amazonas, Nirma Guarulla, Julio Ygarza y Rommel Guzamana, el dirigente lo calificó como acto de buena fe y cumplimiento de la palabra por los factores democráticos frente al Vaticano.
Exhortó al gobierno nacional a que cumplan con sus compromisos.
“Es turno de acción definitiva del gobierno en torno a los compromisos. Los presos siguen presos, no hay medida humanitaria y mucho menos devolución de competencias a la AN teniendo como respuesta sentencias y más sentencias, una más absurda que otra”, expresó.
Ratificó que la dirigencia opositora en el estado Aragua continúa en la calle, para alistar al pueblo a una salida constitucional, organizándose en la restitución de la democracia de un pueblo impaciente por ejercer su derecho a elegir.
Finalmente, expresó que “no hace falta irse del país por ser perseguido político buscando mejores condiciones económicas o huyendo de la inseguridad, porque quienes estamos en Venezuela vivimos en carne propia lo que es ver desvanecerse la nación por la desastrosa crisis generada por 18 años de desgobierno”.