Desde las 7:30 de la mañana fueron cerradas las vías principales de la urbanización Chucho Briceño, Tarabana y la entrada de Agua Viva. La protesta se extendió hacia horas de la tarde y al mediodía la zona se volvió un completo caos, los sectores por ser residenciales tienen una alta afluencia de conductores, quienes no pudieron regresar a sus hogares al salir del trabajo o de sus casas de estudio.
Dignora Dam, habitante de Tarabana, relató que en la madrugada se encontraba en una cola a la espera de que llegara el camión con gas y con sus propios ojos observó cómo la Policía Municipal de Palavecino los desvió hacia Agua Viva.
“Estamos aquí y no es por gusto, hemos llevado todo el sol del mundo porque no se acerca ningún gobernante a decirnos “Aquí está el camión. Estamos aquí porque necesitamos gas”.
Dam acusó de que existe un bodeguero en la zona, quien tiene alianzas con los policías y revende el gas hasta en 5.000 bolívares. “Le pedimos al gobierno que se acerque, la policía no nos ha dejado vida. Todos tenemos derecho a tener gas, desde hace cuatro meses llega el gas, pero solamente donde el señor bachaquero y quedamos el resto por fuera, muertos de hambre y cansados”.
Al sitio se apersonó un piquete de la Guardia Nacional para intentar abrir el paso, pero el disgusto del pueblo pudo más que la ley. Según los manifestantes, los funcionarios de seguridad amenazaron a quienes se encontraban en el sitio e incluso intentaron atropellar a algunos de ellos.
Estirar el gas
Marco Medina comentó que viven con un miedo latente, a pesar de que consigan el gas. “Si hoy logro que me traigan mi bombona, tenemos que estirar su vida útil, nos abstenemos de cocinar caraotas o cualquier cosa que consuma rápidamente el gas. Todo es un calvario, no hay comida, no tenemos gas y cuando conseguimos tenemos miedo de cocinar para que no se nos acabe el gas. Qué vida es esa”.
Por otro lado Georgina Mendoza protestaba en la Chucho Briceño ya que el dinero no le alcanza para comprar el gas con sobreprecio o adquirir la leña. Señaló que es una madre soltera con dos niños menores, a los cuales tiene que mantener con un sueldo mínimo y ahora tiene que sacar de su apretado presupuesto más dinero para comprar la leña. Cada quincena gasta 7.000 bolívares para adquirir algunos troncos en el mercado.
Por otro lado, en la entrada de Agua Viva, al ser un sector mayormente transitado, los conductores reclamaban que abrieran la vía, y les decían a los manifestantes que nada ganarían con eso. Múltiples discusiones mantuvieron choferes de camiones y dueños de busetas que deseaban circular con tranquilidad.
“Esto así no se puede. Le gustaría que más adelante hiciéramos otra tranca para que no les llegue el camión con gas. No nos violen nuestros derechos, estas protestas se salen de control y no culminará en algo bueno. Es necesario que se erradique el problema desde la raíz, el Gobierno nacional”, vociferó un conductor de “rapidito”.
