En la calle 26 entre 50 y 51 del sector El Valle III de Barquisimeto se ramifican hilos de agua negra y el mismo fluido putrefacto se interna en las viviendas, sobre todo, cuando llueve, debido a la obstrucción de las cañerías reportada desde hace cuatro meses en Hidrolara.
El problema se manifestó primero en la casa habitada por Norma Arteaga, razón por la cual ella pagó en dos oportunidades a unos obreros para que destaparan las tuberías, pero el líquido cloacal aparecía de nuevo, cada vez en mayor cantidad. De modo que los vecinos concluyeron que el daño era de la tubería matriz y en grupo denunciaron la situación ante la hidrológica, pero ninguna cuadrilla se ha presentado en el sector. La demora la acusaron cerrando la calle, ayer.
El congestionamiento vehicular fue inmediato y aun así los habitantes de la zona se negaron a despejar la vía. Lo harán cuando las autoridades de la institución solucionen la falla del sistema que mantiene un ambiente nauseabundo y enfermos del estómago y las vías respiratorias a quienes allí conviven, como lo testimonió Arteaga y otros vecinos.
También, como consecuencia de este desperfecto las personas han limitado el uso de los baños y evitan lavar con frecuencia.
Encima, ese trecho no solo es uno de constante circulación de carros particulares y transporte público sino una zona comercial compuesta, entre otros locales, por una pollera, charcuterías y ventas de comida rápida. Desde que el mal olor de la cloaca es compañía constante, los comerciantes han visto bajar la visita de clientes, pues la insalubridad es evidente con moscas por doquier y olor desagradable, aunque se esfuercen por disimularlo.
Con todo, se unieron a la obstaculización de la vía. “Preferimos cerrar y que no vengan clientes, pero que nos arreglen el problema”, asumió Rosario Timaure, una de las comerciantes afectadas.
Si no hay solución pronto, advirtieron, radicalizarán la protesta cerrando otra tramo del sector o dejando de pagar las facturas de servicios básicos.