La selección de Venezuela agotó todas sus reservas físicas en un primer tiempo de enorme exigencia y pagó tributo al esfuerzo en la etapa de complemento para ser presa fácil del imparable e imponente Ecuador, al encajar una goleada 3-0 en el estadio Atahualpa de Quito, en la disputa de la jornada 12 correspondiente a las eliminatorias suramericanas para el Mundial Rusia 2018.
Los tres tantos ecuatorianos llegaron en la segunda mitad. El defensor Arturo Mina abrió la cuenta de cabeza al 51, el mediocampista Miler Bolaños amplió la diferencia al 83 tras empujar el balón cuando entraba por el centro del campo, y Enner Valencia completó la goleada al 86, al coronar de manera correcta la ejecución de un contragolpe.
La oncena vinotinto pasó así de la algarabía a la decepción, en un total contraste de lo hecho días atrás frente a Bolivia, a la que trituró 5-0, y lo de ayer ante el elenco meridional, que significó el retorno al camino errante, de imprecisiones y amarguras, completado en la primera parte del ciclo clasificatorio. Palabras más, palabras menos, se trató de un “espejismo” lo que se registró el jueves pasado en Maturín. Eso sí, para ser justos, estaba claro que Ecuador no era Bolivia y lo refrendó en su cancha, con su arrolladora presentación. Por tanto, la evaluación debe ser bajo otros parámetros.
De entrada, sin que sonase el pitazo de inicio, ya la Vinotinto estaba perdiendo, todo por la ausencia en el once abridor de Rómulo Otero, estandarte en la holgada victoria sobre los bolivianos. Molestias físicas le impidieron tomar parte en el careo y dejaron a la oncena criolla desprovista de su mejor lanzador de pases y de su mejor cobrador de tiros libres.
La altura de Quito -2 mil 700 metros sobre el nivel del mar- tuvo un peso enorme en el desenlace del encuentro, porque mermó la capacidad de respuesta de la Vinotinto, justo después de un primer tiempo en que Ecuador lo exigió con contantes penetraciones por las bandas e incesantes balones al área, que le hizo quedarse prácticamente sin oxígeno a mitad del juego.
La tropa nacional se fue al descanso de medio tiempo con la satisfacción del deber cumplido, porque aguantaba el cero y arrancaba en ese momento un valioso empate, pero en el ambiente estaba la duda de si podría resistir otros 45 minutos en tal nivel de exigencia. Evidentemente, no ocurrió.
El quiebre del partido lo marcó el tanto inicial, una jugada que nació de un balón quieto y permitió al zaguero Mina elevar su corpulencia por la altura para clavar un cabezazo hacia el piso inatajable para Dani Hernández. La acción llegó en el minuto 51, poco después de la reanudación, y fue un severo golpe para la Vinotinto.
Después, a pura velocidad, Ecuador inclinó la cancha hacia el lado criollo y facturó un par de veces más, en la recta final, cuando las piernas de los vinotinto apenas se arrastraban.
Venezuela vuelve al foso -Bolivia le ganó a Paraguay- antes de una pausa que se extenderá hasta marzo, cuando recibe a Perú en la continuación del proceso eliminatorio.