Venezuela se presenta desafiante en el estadio Atahualpa de Quito, convencida de que puede ponerle una zancadilla a Ecuador, al visitarle este martes (4.00pm), en acción de la décimo segunda jornada de las eliminatorias suramericanas al Mundial Rusia 2018.
La Vinotinto, penúltima en la tabla con apenas cinco puntos, le hace frente a un elenco meridional de mejor recorrido en el presente ciclo clasificatorio, cuarto peldaño con 17 contables, pero su reciente triunfo por goleada, un 5-0 para la historia en el Monumental de Maturín, hizo crecer su confianza y le llenó de ímpetu para salir a buscar su primer festejo en condición de visitante, más allá de que -ya se ha dicho- sus opciones de avanzar a la Copa Mundial son prácticamente nulas.
Un mes atrás, Ecuador se habría frotado las manos con la visita de la oncena nacional. Pero hoy por hoy se maneja con enorme prudencia, a sabiendas de que la tropa criolla se sacó de encima el peso de la presión tras su primera conquista, tiene poco que perder, y parece haber encontrado la fórmula para trascender en ataque, lo que le convierte en un rival de cuidado.
De hecho, en la previa del encuentro, Gustavo Quinteros, director técnico de la selección ecuatoriana, advirtió sobre los riesgos de enfrentar al representativo nacional. “Tiene jugadores muy rápidos, debemos presionarla”, anticipó el entrenador, para quien “Venezuela tiene muchos menos puntos de los que debería tener”.
El recorrido de la Vinotinto en la ruta premundialista había transcurrido entre la frustración y la involución, luego de sufrir derrotas en ocho de los diez primeros partidos del calendario. La carencia de resultados positivos y la falta de identidad desembocó en la salida anticipada de Noel Sanvicente, para abrirle paso a Rafael Dudamel. La llegada del yaracuyano no cambió la historia, porque sufrió tres derrotas y sacó un empate -en un partido que ganaba por dos goles ante Argentina- en sus cuatro primeras presentaciones.
Apenas, la primera alegría vino a caer en la jornada 11 y frente a un cuadro boliviano de muy pocos argumentos en cancha. Obligado por las circunstancias, Dudamel apostó por la sangre nueva en el duelo contra la verde y le dio resultados positivos, por encima, incluso, de las expectativas.
Paradójicamente, las bajas de Salomón Rondón, Juan Pablo Añor y Alejandro Guerra abrieron espacio para jugadores como Rómulo Otero, que venía pidiendo una oportunidad desde hace tiempo, amén de un John Murillo incontenible por la banda derecha, y un Josef Martínez que si bien ha sido titular, jugó más libre en ataque y encontró resquicios para hacer daño. Sin querer hacerlo, Dudamel encontró un equipo que funciona, muy directo en ataque, de mayor dinámica, y eficaz.
Ahora bien, la exigencia contra Ecuador es otra, porque se trata de un elenco muy solvente en su retaguardia y de pólvora gruesa en ataque. Entonces, la encomienda para Dudamel y sus dirigidos es ratificar lo de hace seis días, demostrar que aquello no fue un “espejismo”.
En el sector ofensivo parece haber argumentos de todo tipo, pero en defensa persisten las dudas, pese al cero del partido anterior. Veremos como se comporta la dupla Vizcarrondo-Villanueva ante una delantera de mayor peso, con Roberto Rosales como lateral izquierdo ante la tentativa ausencia de Rolf Feltscher. Esa es la verdadera interrogante.