Inmersos como estamos en una crisis múltiple donde lo económico y lo político se entrecruzan con fuerza generando tensiones que nos colocan en fronteras peligrosas entre la paz y la violencia es menester visualizar salidas democráticas para salir airosos de este laberinto de incertidumbres donde reina el Minotauro de la inestabilidad.
Tenemos así que frente a todas estas interrogantes que sitian la plaza del “Que Hacer” las únicas respuestas posibles obligatoriamente debemos ubicarlas dentro de la legalidad constitucional y es allí donde nos toca colocar las piezas de este ajedrez político dentro del cual cada movimiento táctico debe corresponderse con una estrategia de victoria, neutralizando las angustias que producen los tiempos de espera.
El actual escenario de Dialogo encuentra al Presidente Maduro con un grave deterioro de popularidad, no tanto por su conducta errática sino por la profundización de la crisis económica que se expresa con dramatismo cotidiano en la escasez, el desabastecimiento y la inflación. De esta forma mientras la MUD mueve sus piezas con libertad y apoyo unitario y consolidado de su plataforma política de sustentación, el Presidente Maduro está condicionado por una problemática económica donde la falta de dólares le obliga a una conciliación con el sector productivo privado, el cual se muestra renuente o desconfiado para invertir porque no ve garantías políticas que le garanticen un desempeño exitoso.
Además el Presidente Maduro al parecer tiene también rémoras internas que no son fáciles de manejar. Son cada vez más consistentes las disidencias de factores dentro del chavismo que claman salidas electorales, incluidos actores de alto relieve del segmento militar.
No obstante y las muy notorias ventajas que tiene la oposición en materia de apoyos ciudadanos, no ha logrado articular una comunicación fluida con los amplios sectores de la Sociedad Civil que en su conjunto son fiel expresión del espectro ciudadano.
Es cierto que muchos de estos factores de la Sociedad Civil le critican a la MUD falta de firmeza en algunas actuaciones, olvidando que la crisis actual es precisamente por el desconocimiento a la Constitución y sus parámetros democráticos. Ahora bien la respuesta de los dirigentes de la MUD no puede ser ponerse los guantes de boxeo y entrarle a puñetazos a los críticos, lo prudente, conducente y plausible es hacer todo lo contrario, explicar las estrategias que están aplicando dentro del marco de restricciones que les imponen las circunstancias del Dialogo y las alternativas de acción que pueden nacer de este proceso.
En la MUD deben entender que sin el apoyo plural de la ciudadanía, expresada heterogéneamente en gremios e instituciones diversas, su plataforma de sustentación es demasiada precaria para enfrentar a un gobierno de poco pueblo pero con dinero, armas y un poder institucional de rodillas a su mandato.
Por otra parte la Sociedad Civil debe entender que si bien el colapso socioeconómico es inminente y ello concluirá en una modificación del escenario político, la única instancia que garantiza las prevalencias democráticas es la MUD, simplemente es lo que hay. Otras alternativas son incertidumbres, satanicas todas.
