“La Palabra es consustancial con el ser humano; es la ventana al conocimiento, y por ende a la armonía y entendimiento entre nosotros” (Pejolosi).
Reivindicar la palabra “diálogo” en esta hora aciaga de nuestro país, no es más que hurgar en los arquetipos del alma venezolana.
El venezolano en todas las épocas de su quehacer histórico, se ha caracterizado por un designio de quiebre de lo que somos o podemos ser; nos ha caído una especie de atavismo, o lo que llamaba el mexicano: Carlos Fuentes; lo del «espejo roto enterrado» en el ser latino.
Siempre buscando romper lo hecho, para reiniciar por otro camino. Ameritamos encontrar un verdadero proyecto de país de largo plazo, que nos una a todos; por lo que somos y podemos ser: hombres y mujeres poseedores de lo mejor del nuevo mundo, con valores intrínsecos en todas las ramas del saber humano, y lo hemos demostrado a raudales.
Esta tierra ha parido a la «Generación Impar», liderizada por por hombres como: Miranda, Bolívar, Bello, Simón Rodríguez, Sucre, Iragorry, y tantos otros y otras, que marcaron el devenir de esta patria irredenta.
Toca pues, empinarnos y buscar en esos arquetipos y refundar nuestra querida Venezuela, en los ideales fundamentales; basados en la confraternidad, hermandad y sobre todo solidaridad.
Sólo así saldremos de este maremágnum en que nos han llevado una «élite política», que desvarió los destinos de este gran país; donde habitamos y cabemos todos.-
“Pedro J. Lozada Sira”
(Presidente de Asela)