“Te encomiendo a la Misericordia Divina. Bendigo tu luz y pido a los Santos Espíritus, que ya dejaron este plano, te conduzcan por senderos de claridad y de Paz. Asciende y evoluciona en Paz. Que la Paz de Dios envuelva tu alma y que su Amor te llene de felicidad. Te enviamos nuestro amor y pedimos tu rápida Ascensión hacía el Padre… Que así sea.
Transcribo esta oración ante el dolor profundo que la partida física de Adriana Gallegos Hidalgo nos ha ocasionado a todos los integrantes de la Red de Instituciones Larenses constituidos en familia fraterna de amor, solidaridad y comprensión.
Adriana, llena por doquier del ímpetu de la juventud que ve el horizonte como límite perentorio alcanzable sólo para dar inicio a nuevas metas, hija de Alberto Gallegos, nuestro insigne hermano, mucho más allá que compañero, y de nuestra apreciada Eloísa Hidalgo de Gallegos, ha partido al cobijo del Todopoderoso, a muy temprana edad; la inocencia de la juventud habrá de ser la fuerza determinante para estar en la protección de ese ser Supremo a quien llamamos Dios, cualquiera sea el concepto que se tenga de esa esencia divina.
La Red de Instituciones Larenses en pleno… “Está de duelo”.
Más allá de pedir explicación a los designios de la vida, pidamos fortaleza para sus padres y para su hermana María Eloísa; para su abuelo que con ansiedad la esperaba en España, éste cinco de noviembre.
Estos hechos absurdos no deben continuar, La Red de Instituciones Larenses, en su totalidad debe emprender una campaña para corregir los errores y detener la vorágine que ocurre en la avenida Nectario María, mejor conocida como la Ribereña, ante la mirada indolente de las autoridades a quienes compete cumplir con la Constitución Nacional y las leyes de la república, en lo que atañe a garantizar la vida.
El dolor que embarga a Alberto y a la Sra. Eloísa se expande en todos y cada uno de los corazones que hemos convivido con estos excepcionales seres humanos. La tragedia que les ha afectado en su físico, ha trascendido con lo ocurrido a Adriana y, por los momentos, para mí, sin pretender ser juez de nadie, no existe justificación.
Es desgarrador que la desdicha sea masificada por la falta o ausencia de medicamentos e insumos clínicos que, hace muy poco tiempo, se conseguían hasta en las pulperías, o en las bodegas, que tienden a desaparecer y que servían de sistema de distribución de los bienes necesarios hasta para emergencias. En caseríos y pueblos cuando tenían un buen surtido de mercancías le llamaban almacenes. A la escasez se añade las trabas creadas por el sistema, impidiendo el traslado de medicamentos e insumos desde el exterior, vía transporte de carga, que anteriormente era normal.
La prudencia tiene que ser el instrumento obligatorio para alcanzar la seguridad al transitar por esta arteria vial. Los organismos a quienes competente tienen la obligación de detener los hechos irregulares que allí suceden.
No es más que la exigencia del cumplimiento de nuestros derechos más elementales. Presumo que, los organismos de seguridad están capacitados para ejercer el control de quienes abusan de la velocidad, de las cargas permitidas para transitar por esta avenida y de controlar la normativa que rige sobre el tránsito terrestre mientras se efectúan las correcciones de la infraestructura en sí: peraltaje, luminosidad y separadores viales son indispensables, por tanto, la acción debe ser perentoria… Es el mayor tributo para Adriana.
