Una operación liderada por funcionarios del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) concluyó con la muerte de Amilcar Alexis Rodríguez Valera, de 38 años, uno de los presuntos integrantes del núcleo delictivo al que se le atribuye la ejecución de chantajes contra agricultores del municipio Morán y liderado por un hombre apodado “El Bachaco”.
A primeras horas de la mañana de ayer, un equipo del Conas se trasladó hasta la calle principal del caserío La Estancia, situado en el municipio Morán, sitio de residencia de Rodríguez, a quien le seguían el rastro por encontrarse solicitado desde el 10 de julio de este año por la supuesta participación en un crimen. Además, presuntamente, su tarea en la red de extorsión de la banda de El Bachaco era cobrar el dinero exigido por el sujeto a las víctimas.
Una vez sorprendido por los efectivos, el hombre los encaró con un revólver, acción que desencadenó varias detonaciones entre ambas partes y en la línea de fuego por lo menos cuatro disparos hirieron a Rodríguez. Al cesar el enfrentamiento el hombre fue llevado hasta el ambulatorio del Humocaro Alto, pero nada había por hacer porque no tenía pulsaciones. En el procedimiento se incautó el arma con la cual el abatido enfrentó al Conas.
Avanza la desarticulación de la banda
Antes de dar con el paradero de Rodríguez para arrestarlo, el lunes, el Conas capturó en flagrancia a dos individuos a quienes también se les vincula con El Bachaco.
Actuaron a partir de la denuncia de un ciudadano a quien llamaron por teléfono amenazándolo para que pagara 10 millones de bolívares por órdenes de la banda de El Bachaco instalada en Humocaro Alto.
La cita para la entrega del dinero se acordó en la avenida Venezuela con avenida Las Industrias de la Zona Industrial II, en el estacionamiento de una cadena de ferreterías. Allí, intervinieron los funcionarios para arrestar a Stefany Yuleidy Barrese Tovar, de 24 años, y a Edgar Leonardo Saavedra Guedez, 25 años de edad, a quienes se les encontró un arma de fuego. Extraoficialmente, se conoció que la mujer trabaja en un banco y, presuntamente, era quien informaba a los cabecillas sobre las víctimas potenciales para extorsión.