Este miércoles se cumplen 27 años de la caída del Muro de Berlín, un hecho histórico que inició un proceso de unificación entre la socialista República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal de Alemania (RFA), tras 28 años de separación.
La guerra de espionaje o mejor conocida como la Guerra Fría que se llevó a cabo tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, provocó en Berlín una diferencia entre las culturas, haciendo que cada zona de la capital se separara, construyendo, el 13 de agosto de 1961, una zona limítrofe con un muro de 45 kilómetros.
Esta amplia pared impedía que las personas pudieran cruzar de un lado hacia el otro, donde además, hubo familias separadas. La muralla era escoltada por un grupo de militares desplegados hacían guardias para evitar que los ciudadanos intentaran pasar por encima. Esta frontera también estaba cubierta por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras contra vehículos rodados, una cerca de alambres de púas, 30 bunkers y más de 300 torres de vigilancia. De acuerdo a los historiadores, hubo al menos 125 fallecidos que pretendieron pasar.
La construcción del muro costó alrededor de 16.155.000 marcos (3.638.000 US$). Después de la caída Berlín se convirtió en la nueva capital de la Alemania unificada.
En la actualidad los restos de esta larga pared, es una atracción turística de la ciudad europea.