“Cualquier cosa que valga la pena tener, merece que se trabaje por ella” Dale Carnegie.
Los objetivos de un proyecto tienen que poseer una serie de atributos importantes, que le dan sentido a los mismos:
1- Tienen que ser ventajosos, a veces a mejorar algunas situaciones, a valorar oportunidades o de todos modos que sean vistos como ventajosos, aunque no siempre por los mismos motivos, de las personas y/o organizaciones que los proponen y de aquellos a los cuales están dirigidos.
2- Tienen que ser concordados, para que todas las personas y organizaciones indispensables para llevarlos a cabo, los puedan compartir y asegurar su propio compromiso.
3- Tienen que ser coherentes entre ellos y con el contexto en donde se desarrolla el proyecto.
4- Tienen que ser concretos, claros y específicos.
5- Tienen que ser medibles, cuantificables.
6- Tienen que ser realizables, en relación a los recursos disponibles y a los vínculos y a los condicionamientos externos.
7- Tienen que ser planificables, que sea posible definir el tiempo necesario para conseguirlos con los medios de que se dispone.
8- Tienen que ser definidos en cuanto a las responsabilidades, (quién hace, qué cosa).
Probar a transformar una idea sensata en objetivos de un proyecto es un banco de prueba esencial; que si no es traducible en objetivos con las características indicadas, una idea no es suficientemente madura para convertirse en un proyecto y por lo tanto hay que seguir trabajando en ella.
Al inicio de cada empresa, existe siempre una aspiración a mejorar, a no permanecer inertes y pasivos, es decir, la voluntad de emprender un nuevo camino. De estas actitudes nacen las ideas y de las ideas los hechos, es decir, las empresas. Pero el pasaje no es ni lineal ni automático.
Emprender, es energía poderosa para aplicarla a las ideas, para convertirlas en energía cinética, es decir, movimiento; justamente en empresas.
Por eso debemos respondernos la siguiente pregunta ¿ las ideas que logren atravesar el mar, que la separa de los hechos para dar vida a una empresa, aquellas que permanecen como energía potencial, deben descartarse?.
Realmente la respuesta es No, ya que la energía potencial nunca debe ser descartada, ya que puede en cualquier momento, cuando se crean las condiciones, transformarse en energía cinética. Algunas ideas pueden permanecer en el silencio y después repuntar, quizás después de años, y explotar provocando grandes cambios sociales, económicos y culturales. Existen ideas que muriendo pueden parir nuevas, de repente por contraposición, mientras otras ideas cuando nacen pareciera ( sobretodo a quien la ha pensado) inteligente, pero después al probarla, se convierte en absurda y estar hechas a propósito para que se burlen de ellas, porque también entre las ideas existen los chivos expiatorios. Saber ser serenamente irónicos incluso sobre nosotros mismos y las propias ideas es una gran cualidad.
Definitivamente, empeñarse en transformar ideas en proyectos, someterlas a críticas y buscar la manera de realizarlas es siempre, sin embargo una óptima inversión: significa vivir, porque a menudo, es precisamente de las tentativas no logradas para construir un proyecto, que nacen las ideas y los conocimientos para nuevos proyectos exitosos.
